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En la Hoguera

Locura es hacer lo mismo esperando resultados diferentes… Después de reuniones continuas de mesas de seguridad, promesas de fin a la impunidad, discursos incendiarios en los que se nos dice que ahora sí van a combatir el crimen organizado y cambios de fiscales, continúa la sangrienta realidad en el estado: dos muertos aquí, un ejecutado allá, robos violentos de hogares acullá y de autos por todas partes. El denominador común sigue igual: de nada sirve aumentar los sueldos a los policías y ofrecerles viviendas baratas si no hay compromiso para enfrentar al crimen organizado con el cual, desde hace mucho, tienen fuertes complicidades. Cadenas inquebrantables que si se rompen se pagan con sangre.

El panorama es desolador y negativo y muestra la magnitud del problema que enfrentan los gobernantes. Sin embargo, llegaron al poder prometiendo soluciones para todos los problemas existentes. Ahora no pueden sorprenderse por la magnitud del problema, ya que se autodelatan como mentirosos. O mintieron al decir que conocían la dimensión del problema y sus soluciones o mintieron al decir que combatirían el crimen para defender el patrimonio y la vida de los votantes. Cualquiera de estas dos mentiras es negligencia criminal cuando se pagan con sangre inocente de Chihuahua. 

Los ajustes de cuentas, donde criminales matan a criminales, son lamentables, pero aún más preocupante es saber que mueren inocentes, que sufren pérdidas de vidas, patrimonios y calidad de vida debido a la evidente ineptitud de las autoridades o a sus colusiones o compromisos con las bandas de forajidos que abundan en el estado.

Todos los días nos despertamos con noticias de ejecuciones, a veces en nuestra querida Ciudad Juárez, otras en la Capital del Estado, otras en Cuauhtémoc o en Ojinaga o en la Sierra. Uno de los muchos medios sociales informativos, prendió una mecha a la dinamita al reportar que “El Chueco” se curaba la resaca en un restaurante de Guerrero, Chihuahua, junto a dos conocidos delincuentes. Si el reporte es cierto, imaginen el ridículo en el que quedan tanto el ex fiscal como el nuevo titular de dicha oficina, quienes aseguran que el “Chueco” está escondido debajo de una piedra en la sierra y que solo es cuestión de días o incluso horas de que lo arresten. Ni Fierro ni Jáuregui podrán sentirse satisfechos con su trabajo mientras no arresten y juzguen a Noruel Portillo el “Chueco” por los muchos crímenes que cometió y que ahora se evidencia que pagaba muy bien al gobierno de Corral para que lo dejaran seguir trabajando.

Pero a estas alturas del tiempo en este nuevo sexenio, sería el colmo que siguiera pagando por su protección de las mismas autoridades que debieran ser responsables de capturarlo. Los fiscales y sus debilidades son solo parte del problema, el Secretario de Seguridad Pública del estado, Gilberto Loya, tampoco parece estar a la altura del trabajo requerido. En los problemas más graves, su ausencia se ha sentido, no solo figurativamente sino también físicamente en eventos vergonzosos.

Mientras tengamos que seguir reportando secuestros, ejecuciones, extorsiones en el estado, será evidente que las cosas no han cambiado mucho. De repente, nos quieren impresionar diciendo que, a diferencia del mes anterior con 145 homicidios dolosos, hemos mejorado mucho porque este mes solo hubo 99, solo para ver que dos meses después sube a 127 y llega de nuevo a 140. Estos ciclos son normales incluso en los negocios, no se vende igual en febrero que en diciembre.

Es difícil no sentirse engañado y decepcionado por aquel que, como gobernante, no cumplió con sus compromisos de candidato. Si no tienen a la gente adecuada, no se comprometan. Teto encontró a Leizaola, César a Salas. Si hay buenos elementos, pocos y muy contados, el truco para encontrarlos es saber buscar y querer encontrarlos para empezar. Aún recuerdo a Francisco Barrio, quien como gobernador del estado, declaró derrotado cuando iniciaron en su sexenio las ejecuciones masivas y públicas. 

“Solo nos queda implorar la protección de la virgen de Guadalupe, pero no renuncio, solo le paso el bastón a la Santa Patrona de nuestro país”. Como dicen los chilangos: “no se vale” si no pueden renunciar. Y si no renuncian, mejor que puedan. A la virgen le rezamos en las iglesias por los gobernantes que elegimos en las urnas pero si no pueden con lo mínimo es mejor que no aspiren a más.

La corrupción raras veces comienza por el pueblo… Ante el jurado de la Corte del Distrito Este de Nueva York, Héctor Javier Villarreal, exsecretario de Finanzas del Gobierno de Coahuila durante la Administración de Humberto Moreira, acusó al exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna de haber pagado 25 millones de pesos mensuales a El Universal para que no publicara información en su contra.

Asimismo, sostuvo que el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira (2005-2011), fue quien acercó a García Luna con el dueño del medio de comunicación, Juan Francisco Ealy Ortiz, debido a que son compadres.

Villarreal, quien fue secretario de Finanzas durante el Gobierno de Moreira, aseguró que acompañó a Sergio Montaño (exoficial Mayor de la SSP), a realizar el primer pago, el cual se hizo en efectivo en las oficinas del periódico e indicó que en otra una ocasión, Montaño pidió de favor al exgobernador cubrir un pago pendiente y éste lo hizo con fondos estatales.

En la audiencia fue mostrada una factura por 11.5 millones de pesos expedida por El Universal en 2009 al Gobierno de Coahuila por una supuesta campaña de publicidad turística. Según indicó el testigo, ese tipo de pagos no se registraban en la contabilidad oficial del Gobierno del Estado, aunque sí se llevaba un control de las erogaciones.

Héctor Villarreal aseguró que conoció a García Luna en 2008, en una visita que hizo con Moreira a las instalaciones de la Policía Federal, donde el exsecretario les mostró Pegasus, el software espía israelí y se los intentó vender pero al entonces gobernador no le interesó.

También este lunes compareció en el juicio el exembajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, quien estuvo en el país de 2011 a 2015, quien dijo que en una ocasión fue a comer a casa de García Luna, la que describió como una propiedad sin ostentaciones, aunque sí con un acuario grande de agua salada.

Wayne dijo que visitó las instalaciones de la Policía Federal, las cuales le parecieron impresionantes, y que con García Luna habló de las pretensiones del mexicano de convertir a esa corporación en una especie de FBI.

Las declaraciones del testigo fueron desmentidas este mismo lunes por el exgobernador de Coahuila, según publica la versión digital de El Universal. Aseguró que nunca hizo tratos con García Luna y que sería absurdo que una persona con el poder del exsecretario solicitara ayuda para llegar a las directivas del diario capitalino.