
Miénteme que así me harás saber, que aún nos podemos entender… Este fin de semana me trasladaba a la vecina ciudad de El Paso, Texas y como yo iba en calidad de pasajero me tocó escuchar entre los éxitos de Camilo Sesto una frase lapidaria para cualquier relación sentimental: “Miénteme, que así me harás saber que aún nos podemos entender”.
Pensé que era una tontería, que si en una relación solo quedan las mentiras como base de la misma es una relación que ya no existe, ya no queda un motivo para sostenerse, no tendría caso perder el tiempo con esa relación, pero en ese mismo momento, tuve una epifanía.
Es exactamente lo mismo que nos pasa con nuestros políticos. Los mexicanos no solo queremos que no nos digan la verdad, odiamos y descalificamos a quien la quiera revelar.
En las elecciones optamos por elegir a quien miente más y mejor y después a descalificar su trabajo, cuando pretendemos desilusionarnos porque no nos cumplieron el cúmulo de mentiras con el cual lograron ser elegidos.
Salvo sus muy pocas, pero honrosas excepciones, todos los políticos nos mienten y aun así los elegimos, es más, los elegimos en base a sus mentiras y durante la mayoría de su tiempo como funcionarios les seguimos creyendo sus mentiras y después fingimos sorpresa y decepción, cuando resultó que la luna no era de queso ni las nubes malvaviscos.
Sin duda, es una relación enfermiza y lo peor es que en el debate de las ideas, a la hora de las campañas electorales y durante sus funciones, les permitimos imponer los temas a discutir y no exigimos que nos aclaren lo que realmente queremos saber.
Por ejemplo, nadie nos explica por qué un narco tiene más poder que una gobernadora del estado o una cabeza de cártel que el Presidente de la República. Aunque usted quiera saberlo, los funcionarios ni siquiera lo discutirán, ni la oposición más radical, le dirá a los gobernantes que se nota a leguas, que las fuerzas policiales están vendidas al crimen organizado y que algunas autoridades no hacen nada al respecto porque son parte del enjuague.
Pero eso sí, todos los partidos políticos están enfrascados en una guerra de quién tiene la culpa de que en ciudad Juárez no haya cambiado el huso del horario.
¿De veras? ¿A quién le importa? Nos hablan de los miles de millones de pesos que se perderán porque tengamos un horario distinto, ¡pamplinas! Todo se resuelve con que se adapten los horarios de internación.
Los que trabajan en el Paso y los que estudian en el Paso, es solo un proceso de adaptación, la solución es tan simple que no merece más explicación, pero para los partidos políticos es una excusa brillante, para hablar de otra cosa, que las evidencias presentadas por las Guacamaya Leaks.
Es una costumbre de los partidos de polemizar sobre tonterías, en vez de las realidades que vivimos todos los días y que requieren de una urgente solución.
El transporte público en nuestra ciudad es un caos y lo ha sido por décadas, porque los gobiernos en turno lo utilizan para que sus funcionarios se enriquezcan a base de ignorar el pésimo servicio prestado por los concesionarios.
Hay un gran número de muertes que ocasionan por año y cantidad de personas que les cambian la vida con un accidente que los deja discapacitados total o parcialmente y no merecen ni un comentario de los gobernadores en turno, quienes son los directamente responsables.
Para colmo, la oposición tampoco busca soluciones, por si mañana les toca a ellos gobernar, pues saben que buscan gobernar para enriquecerse, no para servir al ciudadano.
Sueñan con ser ellos los que les toque el turno de enriquecerse a costa del sufrimiento del pueblo. Por eso en México no avanzamos políticamente, porque todos piensan en llevar agua a su molino, nunca piensan en solucionar los graves problemas que nos aquejan.
Los juarenses que tenemos el infortunio de vivir por la Avenida Tecnológico, la Gómez Morín o el eje vial Juan Gabriel, nos hartamos de protestar todos los días por la idiotez inventada por Corral para enriquecerse con los dineros del Fideicomiso de los Puentes Internacionales y no hay quién nos escuche.
El gobierno en turno ni siquiera ha iniciado una investigación al respecto, para encarcelar a quienes dilapidaron el erario público pero sí está muy pendiente de que se multe a los antros que no se reportan con sus inspectores.
Así está la simbiosis entre los partidos en el poder y los de la oposición, se atacan, pero no se hacen daño. El poder fáctico lo tienen los carteles, el poder político a las órdenes de las cabezas de Cartel y el pueblo cantando: “miénteme una eternidad que me hace tu maldad feliz”.
Cuídate Quique que por ahí te andan buscando… Meses después de que la Unidad de Inteligencia Financiera de México advirtiera que investiga al expresidente Enrique Peña Nieto por una posible malversación de fondos triangulados a España, el exmandatario dijo que está dispuesto a responder por su patrimonio y aclaró que “Es un absurdo. No he querido dar una respuesta mediática, pero estoy invariablemente atento a responder sobre el origen legal de mi patrimonio”.
Peña Nieto obtuvo en 2020 un permiso habitacional en España reservado a grandes inversores, debido a que cuenta con una propiedad en Madrid superior a los 500,000 euros.