Por la boca muere el pez… Desde el sábado pasado la Gobernadora de Campeche amenazó que en su programa “ el Jaguar” del martes exhibiría la sabida disrupción de la unidad en Morena.
Por parte del senador Ricardo Monreal, advirtió que si Sansores abría la puerta a la guerra sucia, existiría la gran posibilidad que el daño colateral de la guerra afecte a Morena en las elecciones, al grado de perder lo obtenido hasta el día de hoy.
El que avisa no es traidor, al filtrar la gobernadora en su programa del martes una llamada de Alejandro Moreno con Ricardo Monreal por medio de la cual pactan el apoyo al hermano de Monreal para que ganara las elecciones a la gubernatura del estado de Zacatecas.
Layda Sansores abrió las puertas a una intensa guerra política que puede empezar por terminar con su carrera política o puede extenderse hasta eliminar cualquier posibilidad de Morena de obtener los resultados deseados en las elecciones del 2023 y 2024.
Por lo pronto fiel a su advertencia, Monreal declaró estar preparando una denuncia legal en contra de Sansores, pues cometió una ilegalidad al filtrar la llamada y que actuará en tiempo y forma denunciando a Sansores, ejerciendo su derecho oportunamente ante las instancias legales competentes declarando: “No voy a ceder hasta que se cumpla con la constitución y la ley”.
Habíamos anunciado en esta columna apenas hace unos días, de que si se daba la confrontación entre estos dos, se darían a conocer todas las trampas, ilegalidades y demás crímenes que hayan cometido uno y el otro y los simpatizantes, en lo que por fuerza terminará por desmoronar la supuesta calidad moral con la que AMLO ha querido cubrir a dicho partido.
Incluso en la mañanera del miércoles, ya habló de que este conflicto no tiene razón de ser, que debe prevalecer la cordura política y el perdón, pero dado el zarpazo, disparado el primer balazo, ya no queda más que aplicar el dicho “a puñaladas iguales llorar es de cobardes”. Si le incomodaba la guerra, debió haber intervenido con Sansores antes de que la iniciara, aviso previo existió y lo conoció a tiempo de impedirlo, ya Sansores está muy grandecita para no saber lo que hace y no la pueden andar defendiendo como si fuera solo una colegiala traviesa, está por descubrir que no es lo mismo doblar a Alito que meterse con un presidenciable, menos con alguien con la estatura política de Monreal.
Finalizada la guerra, veremos a quién sepultan en la tumba del olvido político y a quién le levantan la mano en señal de victoria.
Quien nada debe, nada teme… A Felipe Calderón como presidente de México se le pueden imputar y atribuir muchos errores y muchos deleznables actos de corrupción, no hay que ir más lejos que la infame “Estela de Luz”, un capricho comparable a la construcción del AIFA y tomando en cuenta el valor del dinero entonces y ahora, igual de cara e inútil.
Así que no comprendemos por qué el “encampañado” Secretario de Gobernación Adán Augusto López se molesta en inventarle milagros al expresidente, diciendo que “está siendo investigado internacionalmente por tráfico de armas” cuando con buscarle los muchos yerros cometidos sería más que suficiente.
Claro que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta y si revela los pecados de Calderón se puede exhibir si él o el gobierno al que pertenece los sigue cometiendo. Al pisarle la cola a Calderón se puede pisar la propia, así de caprichoso es el poder cuando no se ejerce con honestidad.
Es difícil que Adán tenga la calidad moral para señalar que Calderón tiene la culpa de la “militarización” de las calles del país cuando él y su partido pugnan legislativamente para que esta continúe hasta el 2028.
Sin embargo, en su participación en el congreso de Michoacán el Secretario que busca activamente en los 32 estados que los congresos locales aprueben el mantenimiento de la militarización, no tuvo ningún empacho en señalar: “Cuando hablamos de la compra de armamento para nuestro ejército y policías todo el mundo recuerda como en el colmo de la desvergüenza Calderón y miembros de su gobierno terminaron vendiendo a las organizaciones del crimen organizado convertidos en vulgares traficantes de armas, por eso está detenido García Luna en los Estados Unidos y por eso se le investiga a Calderón”.
Por su parte, Calderón sonriendo declaró que ahora sí que Adán Augusto alucina, comentó que no existe dicha investigación ni hay motivo para que se lleve a cabo, que López la inventa en su burda intentona de distraer al público de dos temas que lastiman las oportunidades de Morena en las elecciones; que serían el intento por desaparecer al Instituto Electoral y el serio daño a la imagen del gobierno de AMLO y al ejército ocasionado por Guacamaya leaks.
La verdad es que ninguno de los dos políticos involucrados en esta histriónica discusión pueden presumir honestamente de haber combatido al crimen organizado, ni el tabasqueño como gobernador ni Calderón como presidente.
Ambos como ejecutivos fueron culpables de combatir a varios cárteles mientras que privilegiaban y protegían a otros. Todo lo demás es politiquería barata, demagogia.
Los dos son culpables de despreciar la seguridad del ciudadano en beneficio de oscuros intereses que protegían a verdaderas organizaciones criminales que producían, transportaban, distribuían y comercializaban con veneno, con muerte tanto a nivel nacional como en exportación y aplastando a sus opositores, devastando familias sin conciencia alguna y desde luego con plena complicidad oficial.
Actitud que se ha venido adoptando por los gobiernos en turno por décadas, independientemente de los partidos de los que han emanado y de las ideologías que han predicado para ser elegidos en tiempos electorales.
La mejor prueba de que todo esto es cierto, es el gran crecimiento de dichas organizaciones delictivas, que con su mera existencia y crecimiento denuncian la total y absoluta impunidad que por dinero se les ofrece oficialmente a oscuras o de la más devastadora incompetencia de los gobernantes de los últimos 30 años. Soy generoso, que ellos escojan la opción que mejor los describa.
