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El uso político de la vacuna

Daniel Valles.- Con el anuncio de la llegada a México de la vacuna contra el COVID, se inicia la siguiente batalla en el campo de la política. Es el uso político de la vacuna. Se convierte en una prioridad para los gobiernos de los estados y el federal, el contar con ella para que inicie una campaña para vacunar a la población

México, a través del canciller, Marcelo Ebard, anunció el pasado 27 de noviembre que se recibirían las dosis para la población. Usó su cuenta de twitter para ello.

“Ya se recibió solicitud de autorización de la vacuna (contra el COVID-19) desarrollada por Pfizer”, informó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) Marcelo Ebrard Casaubón, lo cual significa que las dosis podrían llegar pronto a México y la campaña de inmunización estaría a unos pasos de arrancar.

A través de su cuenta de Twitter el canciller dio la “buena noticia” a los mexicanos que se han sometido a los protocolos sanitarios desde febrero pasado, cuando se dio a conocer el primer contagio de coronavirus en el país.

El anuncio se dio, pero la vacuna no ha llegado. Todo lo que se ha hecho hasta hoy es elaborar un calendario para dividir a la población en grupos para que se vacunen. Han planeado la campaña, lo que es magnífico.

Prioridad por grupos

  1. Trabajadores de la salud
  2. Personas de 80 y más años
  3. Personas de 70 a 79 años
  4. Personas de 60 a 69 años
  5. Personas de 50 a 59 años
  6. Personas de 40 a 49 años
  7. Población menor de 40 años

Una vez que los laboratorios hicieron el anuncio de que habían desarrollado una vacuna que garantizaba el 95% de resultados positivos, los gobiernos de los estados de la república hicieron sus esfuerzos por conseguir el biológico. Pero fueron parados en seco por el Dr. Hugo López-Gatell.

Sabe bien que tiene ventaja sobre los gobernadores, pues es el gobierno federal el que tienen la autoridad, poder y mando sobre la generalidad de las cuestiones que tienen que ver con la población. Una de esas es todo lo relacionado con cuestiones de salud.

Los gobiernos estatales obedecen a los dictámenes federales. Y esto, tiene sentido, pero lo tiene más cuando los gobiernos de los estados trabajan en unidad con el gobierno federal, lo que no es el caso y es la población la que sufre las consecuencias de estas situaciones políticas.

El doctor López, al referirse a las intenciones de los gobiernos estatales, de algunos, pues, dijo: “No es definitivamente posible. Los mecanismos supranacionales de coordinación llevan a compras integradas, compras consolidadas, equilibradas, distribuciones justas en países que tienen condiciones económicas y sociales muy diversas; precios preferenciales, por ejemplo, para tener acceso facilitado a los países con menores ingresos”. Fin de la cita.

Es cierto, hay disposiciones legales que no pueden los gobernadores ignorar, so pena de enfrentar un rompimiento con la federación. El que claro que les gustaría experimentar, pero no siendo ellos los iniciadores del conflicto. Para eso es también la política: Para hacer ver mal al rival.

Para tratar de evitar precisamente eso, verse mal, 10 estados de la república formaron lo que se conoce como la Alianza Federalista, que busca un acuerdo con el Gobierno Federal para comprar de manera particular vacunas contra COVID-19 a los laboratorios Pfizer, con el objetivo de inmunizar a la población, salir de la crisis económica y comenzar a la brevedad la reactivación económica de los estados, anunció el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval. Lo que no se ha logrado.

Es política del actual régimen federal el mantener un control total sobre todas las cuestiones, ayuda y situaciones que tienen que ver con la generalidad de la población. Máxime, en tiempos electorales como los que vivimos.

La elección que se avecina el año entrante es vital para las fuerzas políticas del país. Desde el inicio del régimen se ha tratado de tener el control total sobre las mismas. Se intentó que el rostro del presidente apareciera en la boleta. No se logró.

Como tampoco se ha logrado hasta ahora el que se llame a juicio a los expresidentes. Se politiza todo. Lo politizan todo, unos y otros. Y la gente, los ciudadanos de este país, pagamos las consecuencias.

El jefe del Ejecutivo federal aseguró que el tema de las vacunas no puede ser utilizado con fines políticos y electorales. Garantizó que el plan de vacunación contra la COVID-19 trazado por su gobierno se aplicará de “manera pareja en todo el país y sin mezquindades”.

Eso dice, pero ya sabemos sus modos y sus intenciones. Son como las de todos los que le han antecedido. Y es por una razón: todo lo que hacen los gobernantes, es político y es política. Entonces, la declaración presidencial está de más, sobra.

La política no es de por sí, necesariamente sucia, así como los deportes, los negocios o el matrimonio, cada cual trae a esas actividades la fuerza y la debilidad de su propio carácter.

Lo que sí es sucio y corrupto es el carácter de muchas de las personas que la hacen a diario. Y es lo que se pone de relieve cuando llegan a las posiciones de poder.

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