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El ritual de lo habitual

Dr. Arturo Castro.- El tiempo pasa y la experiencia política se acumula sin grandes sorpresas, aunque habrá quienes por razones ideológicas o de interés personal expresan su pesar o su alegría en consideración a las decisiones que hoy se toman.

“La política fue, es y será siempre igual”, comentaba el tempranillo Don Teófilo Borunda Ortiz, exgobernador de Chihuahua. Hablaba la voz de la experiencia de toda una vida política que incluyó a varias generaciones de políticos.

La política es parte de un sistema que permite y no permite ciertas conductas entre quienes participan en este interesante campo. Va de la lealtad y el compromiso para continuar a bordo del tren que gobierna y legisla este gran país.

Pertenecer a un partido político requiere la adopción de responsabilidades que permitan pertenecer y ascender en una carrera difícil de entender cuando el protagonista no ve colmados sus deseos de trascender.

La tarea pública en este campo a realizar es también muy intensa, reclama una vocación que en ocasiones aleja a la familia y al terruño, provocando desestabilizaciones temporales y permanentes.

La Constitución política ofrece derechos como el de votar y ser votado, aunque los partidos políticos en ocasiones tergiversan tal mandato y lo convierten en botado, cayendo cualquier personaje en depresión.

 Hoy nos encontramos en el inicio de una campaña política que comenzó hace años; antes comenzaba solamente unos meses antes, el gobierno federal se ha encargado de la vigencia que publicita los nombres de los aspirantes a puestos de elección popular para este 2024.

Todo cambia para permanecer igual, como el empoderamiento del presidencialismo, la sumisión de los legisladores, el desinterés de la sociedad por lo que pasa y no pasa y las acciones partidistas que hoy se realizan a través de la orden de un dueño que tiene asignada por ley la propiedad, ya que no se hace nada por evitarlo.

La democracia se vive como nunca a través de los cambios y comportamientos legislativos y políticos, existe mayor apertura de participación desde aquel lejano 1976 en que solo se registró un aspirante presidencial. El PRI la jugó solo en esa elección.

A partir de ahí nació la Ley de Organizaciones y Partidos Políticos y Electorales –LOPPE- que inició la participación activa de la sociedad, regulando a los partidos políticos y estableciendo mejores reglas de participación.

Actualmente existe mucho movimiento en las instituciones públicas y políticas, así como en las calles del país, todo mundo cree que sabe lo que pasa y cómo pasa.

Es un tiempo nuevo de participación que brinda la satisfacción popular que presumen las encuestas a toda hora, que presume un gobierno mañanero opinando de todo lo importante y lo banal.

Es la existencia del ritual de lo habitual en el medio político que a todos encanta porque en la variedad de propuestas y figuras está el gusto.

Es el circo político de todos los tiempos con una sociedad igual a todas las anteriores generaciones. Es el ritual de lo habitual.