Inicio LA OTRA NORMALIDAD El estado de derecho

El estado de derecho

Jorge Quintana.- Los mexicanos contamos con un Estado de Derecho, que se sustenta en una superestructura jurídica que es la columna vertebral de la organización del poder en México.

Gracias a este orden jurídico, la división de poderes, el sistema de pesos y contrapesos que debe mantener el equilibrio en el ejercicio del poder, son las custodias de los gobernados para que se cumplan y respeten los derechos fundamentales de todas y todos, para que el titular del Ejecutivo mantenga la cordura, la sensatez, el sentido común y el respeto irrestricto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, juramento que aceptó al tomar protesta como presidente de la República, y que, en ese tenor rija su conducta como mandatario.

Sin embargo, a lo largo de sus casi tres años de mandato, solo se ha encargado de contravenir su juramento, insistiendo que todo lo que pasa en el país es culpa de sus adversarios, de los conservadores, calificativo que asigna a todos los que no pensamos como él, por lo que, se ha dedicado a criticar las leyes y las instituciones que no comulgan con sus intereses, ignorando intencionalmente al Estado de Derecho.

Cuando una persona, integrante de una Institución, de cualquier órgano de gobierno, toma una decisión, emite una resolución o una sentencia, con base en la ley y que no le conviene a los intereses o deseos del presidente, le critica su dictamen y señala que es corrupto o son corruptos, aun cuando esa decisión tenga base legal sólida.

Luego en el desahogo mañanero sataniza a las personas y a las instituciones, amenazando con la desaparición de la Institución o hace burla y escarnio de las personas, los declara enemigos de la 4T y los sentencia a la descalificación social.

Asimismo, los integrantes del Congreso de la Unión, que son sus partidarios, olvidando su responsabilidad política y ciudadana, acuerdan sendas violaciones a la Carta Magna violentando el deber fundamental que también protestaron cumplir, no hacen, sino, desmontar el Estado de Derecho.

Nada bueno nos espera a la vuelta de los días, más violaciones a la ley, más caprichos dictatoriales, más pobreza de las instituciones que tanto ha costado construir y un camino seguro a la Dictadura, al gobierno unipersonal, al rompimiento del Estado de Derecho.

Hagamos un alto en el camino y reflexionemos, estamos en la antesala del totalitarismo, de la democracia fallida y de la crisis constitucional, no podemos permanecer indiferentes, las vísperas no son nada halagüeñas para la nación mexicana.

Que la sensatez, la humildad, la tolerancia y la voluntad de servir, sean las características del buen gobierno; porque hoy solo vemos soberbia, servilismo, ignorancia y revanchismo.