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El árbol navideño

Las inevitables borracheras. Los tiros al aire, un disparate

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Hoy en día, en nuestro país se acostumbra poner arbolito de Navidad desde los primeros días de diciembre y se quita en Año Nuevo, aunque algunos lo dejan hasta el 6 de enero. Al arbolito se le colocan esferas de colores hechas de vidrio muy delgado y otros adornos como luces en serie enredadas en el árbol.

También hay quienes colocan un nacimiento interior o exterior con muy diversos tamaños, pero coinciden en las figuras que lo complementan. Las casas son adornadas desde una sencilla corona con un foco en la puerta, hasta forrar la casa de luces en serie con diversos colores que van con los festejos de cada año.

México destaca en el mundo en la producción de esferas, aunque vale recordar que para nuestros antepasados era de mal gusto porque era algo heredado del Emperador Maximiliano de Habsburgo y de su esposa Carlota.

Fue así que en los años posteriores a su fusilamiento en 1867, con la República Restaurada, era mal vista la familia que colocaba árbol de Navidad en su casa, siguiendo una tradición contra el nacionalismo. Benito Juárez y su gobierno se empeñaron en dejar atrás algunas costumbres impuestas por la corte del emperador y su esposa (*).

Fue hasta 1878 que Miguel Negrete -rival de Don Porfirio Díaz- colocó un gigantesco árbol decorado con luces y heno que por ser espectacular se ganó elogios, visitas multitudinarias y portadas en revistas y periódicos. 

La gente católica ignoraba que era considerado como acto pagano por el cristianismo dado que procedía de los babilonios, entre quienes era costumbre milenaria. La Iglesia Católica decidió adoptar la tradición en lugar de tratar de convencer a la feligresía, que cada vez más colocaba sus adornos navideños, incluido el arbolito.

Terquedades

En Navidad y Año Nuevo es tiempo de celebración, no de reuniones para emborracharse y pelear con la familia. Hay que gastar el dinero disponible y no endeudarse porque la cruda de enero conlleva pedir prestado, empeñar o vender nuestras posesiones. Es tiempo de pedir perdón a Dios, disculpas a los familiares que hayamos ofendido y reencontrarnos con los que amamos.

Las caravanas manipuladas sufrirán esta Navidad caminando, como dicen que vienen, o en albergues donde una taza de atole y un tamal podrían ser la cena. La cena es lo menos importante, así sean frijolitos refritos con una tortilla, por lo menos con una tortilla de harina, “mientras estemos juntos y en familia todo sabe a gloria”.

Por favor, si tiene pistola en casa, evite los disparos al aire. Contemple la posibilidad de una desgracia.

(*) Historia política de la Ciudad de México (desde su fundación hasta el año 2000), editado por el Colegio de México.

Aprovecho para desearles lo mejor en estos días de celebración, sobre todo salud y prosperidad. Alma Delia y Fernando A. Herrera.