MADRID- España no destaca por la minería de diamantes. Sin embargo, Trujillo (Cáceres) se convertirá en sede de una factoría de producción de esta gema por la mano del hombre. Una instalación de 30 mil metros cuadrados que dará trabajo a 300 personas. Tras el proyecto, la empresa Diamond Foundry y a su vez Leonardo DiCaprio, uno de sus inversores.
Leonardo DiCaprio se quedó helado tras protagonizar Diamantes de Sangre. La película mostraba las consecuencias de la industria del diamante en el mundo y cómo esta financiaba algunas de las guerras que arrasan el continente africano. Lo que aprendió en el rodaje hizo que el actor se involucrara en la empresa Diamond Foundry, de la cual es inversor y asesor. Una entidad de Silicon Valley dedicada a la producción de la gema de manera sintética.
Los diamantes se “cultivan” en reactores de plasma en los que se reproducen las condiciones de presión y calor necesarias para la creación de la piedra. Entre 6 y 10 semanas tardan en estar listos. En la naturaleza, la gema se forma tras varios miles de años. Sin embargo, adelantar el proceso requiere cantidades ingentes de energía. Motivo por el que la compañía recurre a fuentes limpias. En su planta de Wenatchee, situada en Estados Unidos, se utiliza la energía hidroeléctrica generada en la cuenca del río Columbia. Sin embargo, su última apuesta es por aquella de origen solar.
Razón por la que Diamond Foundry ha recalado en España. Con aproximadamente 2.500 horas de Sol anualmente, el país es un destino favorable a los intereses de la compañía. En concreto, la localidad cacereña de Trujillo será el hogar de una nueva planta de producción de diamantes sintéticos de la compañía. Un lugar conocido por contar con la que fue la mayor planta fotovoltaica de Europa en 2008. “La disponibilidad de energía solar es muy alta en Extremadura y queremos que nuestra fundición se alimente con energías renovables”, ha destacado Martin Roscheisen, cofundador y director ejecutivo de Diamond Foundry, en un correo electrónico a El País.
La intención de la entidad participada por DiCaprio es construir una instalación de alrededor de 30 mil metros cuadrados en el polígono de Arroyo Caballo. Los reactores de plasma se ubicarían en dicha factoría y funcionarían 24 horas al día. Estos se alimentarían con la energía procedente de una planta fotovoltaica de 120 megavatios, acompañada de una infraestructura para el almacenamiento de 60 megavatios de potencia. El enclave en el que se levantarán estas dos estructuras, de las que se encarga la empresa española Powen, es todavía desconocido.
Fue en junio cuando el Ministerio de Industria, la Junta de Extremadura y Diamond Foundry firmaron el acuerdo por el que se permitía operar a la empresa estadounidense en Trujillo. Un proyecto que dará trabajo directo a 300 personas. “La región extremeña es el mejor lugar del mundo para poder llevar a cabo este proyecto”, indicó el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
El diamante sintético es una alternativa a la gema clásica. Al igual que la de formación natural, esta piedra manufacturada tiene grandes propiedades como semiconductor, por lo que es muy valorada en la industria. Es más, el objetivo de la compañía es fabricar chips de cristal de diamante. No obstante, una fracción de la producción se destinará a la industria del diamante de nivel medio y, por supuesto, a la joyería.
La empresa afirma que el diamante sintético no tiene el sobrecoste medioambiental que acarrea la minería. Su único inconveniente es el gasto energético, que palian con el uso de fuentes renovables. Precisamente, su búsqueda de energías verdes es la que les ha llevado hasta las puertas de Trujillo. O, más bien, a sus cielos.
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