Inicio LA OTRA NORMALIDAD Diálogo o balazos

Diálogo o balazos

Jorge Quintana Silveyra.- El conflicto generado por la decisión del presidente López Obrador, de pagar el agua a Estados Unidos de América, sin mediar una palabra de los funcionarios federales con los agricultores de la zona involucrada, ya presentó factura al gobierno federal.

El desalojo de los integrantes de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, por los agricultores en la presa La Boquilla y el posterior asesinato de una pareja de jóvenes esposos por elementos de la Guardia Nacional, solo hizo evidente que, sobre el conflicto que desde marzo se ha ido desarrollando en la zona, para el gobierno federal los chihuahuenses no importan y menos el diálogo para resolver el problema.

La titular de la Conagua, desde su oficina en la Ciudad de México, no fue capaz de acercarse a los interesados y platicar, al menos, conocer de cerca el conflicto, del cual es la principal responsable.

La titular de la Secretaría de Gobernación menos se ha hecho presente, al fin, Chihuahua no interesa; los diputados y diputadas federales, tampoco, los senadores de Morena, brillan por su ausencia y el súper delegado, negando por sistema la razón de los agricultores.

Ahora la respuesta del presidente de México es descalificar  y buscar endilgarle a otros la falta de respuesta de las autoridades responsables, un conflicto que pudo haberse solucionado sin contratiempos, ahora pone en tela de duda la voluntad del Gobierno Federal para recomponer la gobernalidad y la paz en el Estado.

Aunado a este conflicto, está la inconformidad de los ahumadenses por la decisión de construir en su territorio el cuartel de la Guardia Nacional y la respuesta autoritaria, que no de autoridad del presidente de la Republica, así se va a hacer no me interesa su posición al respecto.

Todo el que se opone es conservador o tiene intereses adversos a la 4T, por lo tanto lo descalifica y lo enfrenta, sin mediar diálogo y sin miramientos.

Estamos ante una clara imposición, ante un hombre que solamente tiene una intención: imponer su voluntad, cueste lo que cueste. Este es el país en el que vivimos.

Las consecuencias de este empecinamiento ya son evidentes: crisis económica, sanitaria y ahora de gobernabilidad, porque para tener ésta es necesario que haya gobernanza, y los integrantes del gabinete federal solo responden a los intereses del patrón.

Así pues, ahora a resignarnos, nuevamente a otro sexenio sin apoyos del Gobierno Federal para Chihuahua, al fin y al cabo estamos lejos y no representamos electoralmente un peligro para el sistema, un pobre 2.5% del padrón nacional.

Los estados, integrantes de la federación, ahora no representan absolutamente nada para el Gobierno Federal, somos solo los aportadores de los recursos financieros, para que los proyectos personales del presidente, otra vez, primero más pobres, para que se cumpla el anhelo del Lic. López Obrador, gobernar para los pobres.

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