Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La vida es terca, igual que la realidad. Javier Corral, poco o nada pudo hacer contra César Duarte, de 2016 a 2018 que entregó la banda Presidencial a López Obrador. Ahora, la FGR atraerá el caso de Javier Corral a su competencia y evitará que el gobierno de Chihuahua, o Maru Campos, la gobernadora, pueda tocarlo por lo menos hasta el 31 de agosto de 2024, cuando entregue la banda presidencial.
Por lo pronto los que esperábamos Justicia para las víctimas de Javier Corral y sus cómplices, tendremos que comer camote mientras él goza de impunidad, verbigracia del presidente. Sin llorar, a puñaladas iguales, llorar es cobardía. Peña Nieto protegió a César Duarte mientras pudo y ahora será igual; como ven, la historia se repite.
Bien por Javier, veremos qué pasa más adelante, recordemos que salió Peña Nieto y la ficha roja contra Duarte se activó y ya lleva más de dos años en prisión (contra la Constitución). Ya sabremos qué pasará cuando salga el presidente López Obrador, refiriéndonos a que Maru trasciende el sexenio, al igual que Javier trascendió a Peña Nieto.
Esperemos. El tiempo vuela, aunque para entonces Javier podría tener fuero. Mientras, podría ser que Maru se decida y saque de su gobierno a los corralistas que todavía “trabajan” en FGE y otras dependencias.
Son unas cuantas docenas los que andan por ahí, solapados, pero pasando información cada que pueden a su exjefe, que ahora podrá vivir en CDMX para acreditar residencia de 6 meses y ser candidato a diputado o hasta de senador plurinominal de MC por la circunscripción que quiera o la lista nacional. ¡Viva México! ¡Sin Yolanda Maricarmen!
Hay que saber perder, Javier podría quedar impune, la vida es así de terca y la realidad no pregunta, solo se impone. Como en el caso de Paquito que ya está procesado, no sería nada fácil que la FGR pudiera atraerlo, porque deben pedir anuencia a las víctimas, dejándoles la última palabra. La cuerda tiene puntos débiles. El Jefe tiene protección del presidente pero no alcanza para los demás. ¿Injusto? No lo sé, pero como dije: La realidad se impone.