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Cuerpo incorrupto

Padre Eduardo Hayen.- Por motivos de traslado del cadáver desde Roma, donde murió el cardenal Gregorio Pedro XV Agagianian en 1971, hasta Beirut, su tierra natal donde reposará para siempre, fue abierta la tumba del prelado. La sorpresa fue que el cuerpo del cardenal, después de 53 años, parecía que estaba tomando una siesta y que no estaba muerto; se había conservado incorrupto, íntegro.

Aunque la incorruptibilidad del cadáver no agregará nada a la causa de beatificación del cardenal Agagianian, iniciada en 2022, no deja de ser un signo poderoso para creyentes y no creyentes sobre la clase de hombres que necesita el mundo. ¿Vivieron una vida especial aquellos cuyos cuerpos se conservan incorruptos? Muchos sí y hoy son santos.

Agagianian fue un misionero animado por la caridad de Cristo, hombre dispuesto a sacrificarlo todo por el bien de las almas, incluso su propia vida. Fue un pastor que reflejó la mansedumbre del Señor, un ejemplo de integridad, espiritualidad y caridad heroica. Su vida fue un modelo para restaurar al cristiano, a la Iglesia y al mundo.

En el ambiente materialista y hedonista en que vivimos, hay una brecha cada vez más grande que nos impide encontrar a los verdaderos hombres, que son los santos. El hombre de la Edad Media sabía frecuentar las vidas de los santos y descubrir en ellas las cumbres vigorizantes para la salud del alma.

Por el contrario, el hombre de hoy, perdido en el mundo del ocio y del entretenimiento, a duras penas puede tener acceso a esas vidas virtuosas que inspiran a transitar por los caminos que llevan a Dios. Y cuando se asoma a esas existencias, llenas de heroísmo y sacrificio, se espanta porque le parecen demasiado altas.

Voto católico en Estados Unidos

Durante su viaje de regreso de Singapur a Roma, al Papa Francisco le preguntaron sobre la campaña electoral en Estados Unidos, donde contienden Donald Trump y Kamala Harris. La pregunta fue: ¿qué consejo puede dar a un votante católico que tiene que decidir entre un candidato que está a favor del aborto (Harris) y otro que querría deportar a 11 millones de migrantes (Trump)? En su respuesta, el Papa dejó claro que ambas posturas son pecaminosas porque están en contra de la vida.

Seguramente por razones diplomáticas evitó responder directamente por cuál candidato debería votar un católico de Estados Unidos; sin embargo, dejó claro que abortar es matar a un ser humano y que la Iglesia no permite el aborto porque es un asesinato. Luego la pregunta fue: “¿Pueden existir circunstancias en las que sea moralmente admisible votar a un candidato favorable a la interrupción de la vida?” Y el Papa contestó: “En la moral política, por lo general, se suele decir que no votar es malo, no es bueno. Hay que votar y hay que elegir el mal menor”.

¿Cuál es el mal menor, el maltrato a los migrantes o el asesinato de vidas inocentes? ¿Peor es cerrar la puerta a quien te pide trabajo o quitarle la vida a una persona indefensa? Aunque el trato inhumano a los migrantes y refugiados es un pecado muy grave, el aborto es, por mucho, un mal mayor. Así que Francisco, con mucha diplomacia y sin señalarlo directamente para evitar una crisis con el gobierno norteamericano, dijo que el voto católico no debe ser para Kamala Harris y su agenda abortista.

Cambios sobre sexualidad

“Mientras las tasas de matrimonio sigan disminuyendo y la edad para contraer matrimonio se retrase —pero el impulso sexual humano persista— las tasas de aborto seguirán siendo altas”, dice Ryan Anderson. Es necesario un cambio en la manera de ver la sexualidad y de tener relaciones sexuales.