MÉXICO- Tras la crisis económica desatada por la pandemia de Covid-19, se hicieron imperantes serios replanteamientos sobre los inconvenientes de las cadenas de suministro mundiales bajo el sistema conocido como “Just in time” o “Just in sequence”. Así los diferentes países y empresas volvieron a revisar la cadena de suministro global ya que hasta la provisión de servicios médicos se vio seriamente afectada.
Si bien es cierto que antes de la pandemia, el modelo de negocio basado en la fragmentación de las redes de suministro internacionales altamente coordinadas ya venía mostrando señales de debilidad, el duro golpe en el stock de suministro por la parálisis económica fue brutal. Con una economía global de lenta recuperación, donde se restablecerán los niveles observados antes de la pandemia hasta 2022, el replanteamiento de las cadenas podría ser tajante.
Las empresas se han dado cuenta de que los costes de paralizar la producción y la pérdida de clientes son más elevados que los ahorros generados por reducir al mínimo los inventarios; probablemente este cambio de percepción de los costes de almacenaje afectará mayormente a los componentes intermedios. Sin embargo, los costes de fabricación van a seguir siendo importantes para competir en el mercado mundial y la proximidad espacial será una complementario para las ventajas entre socios comerciales.
Sumado a esto, se anticipa un entorno geopolítico cada vez más incierto que pone en tela de juicio la estructura misma de las cadenas de suministro Just in time. De esta forma, el sistema creado para eliminar al mínimo stocks y optimizar rendimientos ha demostrado gran debilidad con esta crisis, especialmente en China donde se paralizó esta gran economía que provee de bienes tanto a intermedios como finales a todo el mundo.
Actualmente, la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey trabaja en una iniciativa sobre la gestión de la cadena de suministro en tiempo de coronavirus y las posibles viabilidades en América Latina, esta iniciativa contará con la estrecha colaboración del doctor Josué Velázquez, investigador en el MIT y Jan Fransoo, profesor en Kühne Logistics University, en Alemania.
Para explicar el fenómeno, Jan Fransoo expuso algunas de las principales características de la crisis en la cadena de suministros entre los que destacan la escasez en el suministro proveniente del extranjero y cambios bruscos en la demanda de los diferentes mercados.
Reconsiderar las estrategias de Just in time podría generar un movimiento de “nearshoring”, reubicar la mayor parte de la producción a los centros de consumo. De esta forma las redes de suministro, independientemente de su estructura, aumentarán también su capacidad para aumentar las existencias de inventario con el fin de amortiguar o hacer frente a un mayor número de golpes intempestivos como el de la pandemia.
De esta forma, la situación económica generada tras el coronavirus ha generado un fuerte impacto económico que acentuará muchas de las tendencias que ya se venían desgastando en la economía global. Una de los grandes retos en la economía mundial será acatar los replanteamientos sobre los inconvenientes de las cadenas de suministro basadas en Just in time.
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