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Con Trump, EU ya no le abre las puertas a los refugiados

Estados Unidos.- Durante décadas, Estados Unidos ofreció santuario a los oprimidos y admitió cada año más refugiados que todos los demás países en forma combinada.

Esa política de brazos abiertos cambió durante la presidencia de Donald Trump, que redujo en más de un 80% la cantidad de refugiados que recibió el país, siendo desplazado por Canadá como la nación que admite más personas que le escapan a las guerras y la persecución.

Trump cambió el sistema inmigratorio de Estados Unidos más que ningún otro presidente en la historia, llenando de júbilo a sus partidarios con su prédica de “Estados Unidos primero” y de furia a sus detractores, que consideran que es una política aislacionista, xenofóbica y hasta racista.

Las consecuencias del desmantelamiento de un programa de refugiados que llevaba 40 años se sienten en todo el mundo, en momentos en que hay 80 millones de desplazados por la guerra y el hambre.

Esa cifra incluye a una mujer iraquí que no puede ingresar a Estados Unidos a pesar de que su padre ayudó a los estadounidenses en la guerra y una mujer en Uganda que no puede reunirse con su marido en Seattle a pesar de un fallo judicial que exige que esos casos sean tramitados rápidamente.

“Mis hijos están aquí y lloran todas las noches, mi esposa llora todas las noches en Uganda”, dijo el refugiado congolés Sophonie Bizimana, quien tiene residencia permanente en Estados Unidos y no sabe por qué su esposa no está con su familia. “Yo la necesito, sus hijos la necesitan”.

Trump redujo la cantidad de refugiados a ser admitidos todos los años, hasta llegar a solo 15.000 en el 2021.

El Departamento de Estado justifica esta política diciendo que tiene por objetivo proteger las fuentes de trabajo de los estadounidenses durante la pandemia del coronavirus. Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump, dijo que el gobierno quiere que los refugiados se asienten más cerca de sus países de origen y trabajen para resolver las crisis que los hicieron marcharse.

“No se puede resolver este problema a partir del programa de reubicación en Estados Unidos. La solución la debe dar la política exterior”, sostuvo Miller en declaraciones a la AP.

El gobierno también fijó más condiciones para la admisión de refugiados.