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Como anillo al dedo

Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca.- La implementación de políticas económicas diversas, y sobre todo al asociarse México con los mercados internacionales, nos fuimos educando como productos de trabajo para obtener riqueza y poder, y cimentar las bases que nos permiten gozar de una vida placentera de acuerdo a lo que tenemos. ¿Cuánto tienes? Eso vales.

En tiempos de la Revolución Mexicana, los principales líderes del movimiento fueron personas que lucharon para lograr la libertad y justicia social, ya que estaban sujetos a las decisiones del patrón o del cacique, que incluso tenían la potestad sobre las mujeres de los campesinos cuando contraían nupcias, primero el patrón y luego el esposo.

La principal preocupación de los obreros era obtener sueldos justos y prestaciones que les permitieran vivir con honestidad y decoro. Los campesinos luchaban bajo el lema de Emiliano Zapata “tierra y libertad”, pues era incomprensible, inaceptable e injusto, que las tierras en grandes extensiones de hectáreas estaban dadas en propiedad a los privilegiados del sistema corrupto de la época. El despojo a los campesinos era común.

De esa manera llegó el sistema capitalista disfrazado de socialismo. Les otorgaron derechos a los obreros y se crearon fuentes de trabajo, bajo salario mínimo controlado por el gobierno y surgieron los sindicatos, cuyos líderes no superaron la tentación de corromperse, vendiendo las prerrogativas laborales y acaparando a las principales empresas del país, así como las paraestatales, naciendo otra clase rica cómplice del mal gobierno.

Tras el perverso y brutal asesinato de Emiliano Zapata, los latifundistas y caciques retomaron el poder, otorgando tierras a unos cuantos agitadores y rebeldes para controlar el levantamiento de armas y el gobierno se estableció con traidores. Matando uno a uno de los que se sentaban en la silla del poder presidencial. Los principales traidores eran militares que gobernaron después de la Revolución.   

Desde entonces había preocupación por la justicia social y fue motivo para que entre las prestaciones laborales hubiera atención médica gratuita. El “triunfo” de la Revolución ameritó atención a la clase desprotegida y vulnerable del país.

Surge el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para la plebe y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para la clase burócrata que al principio se consideraba confiable y honesta.

Pero la preferencia de la política económica se impuso por encima de la política de justicia social y la desigualdad propició que la corrupción se incrustara en todo el modelo político nacional. Así fue que los pobres aumentaron en gran escala y las oportunidades de crecimiento se limitaron a los que tenían con qué pagar para vivir mejor.

Así el poder económico compró a los políticos líderes que deseaban ejercer en el gobierno a través de las diversas secretarías, direcciones, diputaciones, senadurías, regidurías, presidencias municipales y jefes del partido que se ostentó como el revolucionario contra su principal opositor, el conservador azul. 

De 1917 a la fecha (2020) se demostró que la justicia social y la igualdad no son compatibles con una aplicación estricta de las fuerzas del mercado. Ni tampoco se logra la paz y estabilidad social con la creación de empleos insatisfechos por la paga, como la deshonesta actitud gubernamental de privilegiar a ciertos grupos de empresarios que se adueñaron del país.

El Coronavirus Covid-19, vino a poner a todos en su lugar. Cayó como anillo al dedo. Se destapó la cloaca y se transparentó la corrupción. Los hospitales fundados para proteger a los asalariados están fuera de competencia por la falta de personal, capacitación, equipo, utilería, instalaciones, medicamentos y estructura adecuada para operar adecuadamente. Durante décadas nos engañaron los gobiernos en turno.

En los municipios igualmente los latifundistas y caciques siguieron gobernando bajo un rostro falso de revolucionario y las tierras y el mercado les pertenecen a los grupos reducidos de familias ostentosas y conocidas, a las que los gobiernos en turno les otorgaron las mejores concesiones.   

El neoliberalismo que impulsó Miguel de la Madrid con la venta de empresas paraestatales y reforzada por Carlos Salinas de Gortari y Vicente Fox, lograron la mayor marginación de los pueblos, con la suma de pobreza extrema y el crecimiento de la delincuencia organizada como nunca se había notado. 

Por eso con la pandemia en el mundo, la desestabilidad es notoria y solo pueden quedarse en casa los que tienen jardín, alberca, salas de recreación, televisión de paga, internet, iPhone, clima artificial, recámara confortable y habitaciones para cada miembro de la familia y dinero suficiente para pagar gastos de servicios y comestibles por tres meses mínimo. Los pobres y marginados del sistema NO pueden darse este lujo que ordenan las autoridades sanitarias.

URGE alterar el orden tradicional de la política de Estado en todas las materias.

Abogado@hectormolinar.com

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