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Campañas covidianas

Raúl Ruiz.- Chihuahua regresó a semáforo naranja y posiblemente a rojo. La etiqueta política indica que se debe evitar al máximo el contacto “face to face”. Los candidatos deberán ser responsables de no promover movilizaciones o mítines multitudinarios.

Esto complica mucho la posibilidad de hacer presencia pública en los diversos distritos electorales y por supuesto los aspirantes a las alcaldías y gubernatura están perdiendo valioso tiempo de exposición presencial. Estas campañas se están desmoronando. Salir a la calle a buscar el voto con los espejitos y la bisutería tradicional, es un despilfarro de tiempo y más ante la ausencia de discurso.

Solo resta el uso de los medios para dar la sensación de interés público, pero la estrechez económica de los candidatos, les hace pensar que la única alternativa que les queda es el uso de las redes sociales. Sin embargo, desconocen cómo funcionan. Y lo peor, piensan que su “producto” es de fácil accesibilidad y consumo inmediato.

Suponen que nomás es cosa de conectarse a Facebook, apuntar el celular al rostro y soltar un rollo. Ya hemos visto que, salvo rarísimas excepciones, ninguno de los aspirantes tiene habilidades histriónicas para aparecer frente a cámara y expresar sus ideas con claridad.

Pero no es tan simple el problema. Diseñar una campaña política para medios digitales requiere de entrada un equipo de especialistas en política, mercadotecnia digital, personal técnico, el experto en plataformas visuales, un buen editor y sobre todo, el estratega. No es enchílame otra gorda, Lupe y tuéstala en el comal.

Hacer esta producción requiere tiempo. Pero lo más difícil es conectar con el auditorio e inocular en el subconsciente tu imagen e intención para ‘moverlo’ hacia las urnas el 6 de junio y persuadirlo a votar por ti. Imposible hacerlo en quince días. Se necesita también el apoyo de los medios tradicionales como radio y televisión, carteleras, publicaciones en papel y reuniones reducidas, con verdaderos líderes del micropoder. 

En lugares de alta densidad poblacional, se puede acceder muy bien por redes sociales, pero se requiere un monitor de amplio alcance, por ejemplo: un portal de vasta penetración, el muro de un influencer de gran auditorio. 

Poner el video del día en el muro del candidato es un esfuerzo inútil, solamente lo verán los parientes y amigos. El uso político de los columnistas, comentaristas de radio y televisión, pero más de los llamados influencers, es imperativo.

Pero los candidatos no saben invertir sus pocos o muchos recursos en estas plataformas, contimenos en herramientas como: Estadísticas de intención del voto, mapeo de tendencias comportamentales y otras brujerías metodológicas. 

¡Dios se apiade de ellos! Pero más de nosotros, que votaremos a ciegas. ¿Quiénes son verdaderamente los participantes? Nomamespancho.