LONDRES- La investigación del reciente atentado de Liverpool en la ciudad inglesa de Liverpool indica que el presunto terrorista llevaba un mínimo de siete meses preparando la bomba.
La división antiterrorista, que lidera las pesquisas, atribuye la presunta autoría del artefacto explosivo a Al Swealmeen, quien murió en el ataque.
“Sabemos que Al Swealmeen alquiló una propiedad en abril de este año y creemos que se efectuaron compras relevantes desde entonces por lo menos”, declaró el subjefe de Policía, Russ Jackson.
El responsable policial indicó que “está emergiendo” un cuadro “complejo de las compras de los componentes” con que se fabricó la carga de explosivos.
La bomba casera explotó en el interior de un taxi en el acceso principal del Hospital de Mujeres, en el centro de la ciudad. El taxista logró escapar de la explosión sin heridas de gravedad.
Jackson desveló además que han establecido contacto con un familiar cercano del presunto suicida, quien les “informó que había nacido en Irak” hace 32 años.
El país de origen del difunto sigue siendo una incógnita. Frente la versión de su familia de que su cuna estaba en Irak se contraponen informaciones filtradas por fuentes ministeriales y funcionarios de Inmigración de que procedía de Jordania.
Se ha podido confirmar también que Al Swealmeen “sufrió episodios de trastornos mentales”, que los detectives tendrán en cuenta a la hora de discernir las causas del mortal ataque el pasado 14 de noviembre.
La explosión se produjo minutos antes del comienzo de los servicios del llamado Domingo del recuerdo, en tributo de los caídos en combate desde la Primera Guerra Mundial.
El Gobierno negó el estatus de refugiado a Al Swealmeen, quien se convirtió al cristiano en Liverpool en 2017.
Sputnik
