Inicio ASI ES CUATO Aspirar, crecer y superar la pobreza

Aspirar, crecer y superar la pobreza

Lic. Maclovio Murillo.- Una ideología trazada desde el más alto nivel del Gobierno Federal, que va contra la naturaleza humana e inclusive contra los más altos principios de justicia distributiva, es aquella que se ha desarrollado con la pretensión de anular el derecho natural de toda persona para desarrollarse y superarse en los diversos aspectos importantes de la vida, como puede ser en el plano espiritual, educativo, cultural y económico, para aspirar a realizar sus metas y fines individuales, mejorando su entorno que lo rodea y lograr su felicidad conforme a su propio proyecto que haya escogido, pero sin afectar a terceras personas.

El considerar que el pretender tener más de un par de zapatos, autos lujosos, casas confortables y servicios adecuados es algo malo, estigmatizando a quienes persiguen estas cosas con la mote de  ”aspiracionistas” y exhibiéndolos públicamente con saña, como personas pretenciosas y de mala entraña, es francamente un error gubernamental inexcusable, que exhibe al régimen como uno que ha iniciado el camino que conduce directo a la dictadura, al querer controlar el pensamiento, los deseos, los quehaceres y todas las libertades, con la finalidad frustrar la posibilidad individual de tener un mejor futuro, lo cual, es propio de la naturaleza de todo ser humano.

No se entiende desde la lógica de una nación libre y soberana, en un régimen de libertades y un estado constitucional democrático, que se ha conformado a base de luchas que han implicado el derramamiento de sangre, cómo es que hoy, una política oscurantista, puede tener éxito.

Algo malo está sucediendo en una sociedad en la que nuestro presidente tiene alta popularidad, no obstante que los índices de inseguridad son cada vez más alarmantes y siguen creciendo día con día, haciéndonos perder la paz y tranquilidad, y en lugar de posicionar el respeto a la ley, no obstante que se dice Juarista, el mismísimo titular del Ejecutivo federal omite actuar como Jefe de Estado y gobernar para todos, haciendo apología del irrespeto a la misma con frases que lo dibujan de cuerpo completo, como son aquellas en las que ha expresado “al diablo con las instituciones”, “no me vengan con que la ley es la ley” y al delincuente se le ofrece “abrazos, no balazos” y que “los voy acusar con sus abuelitas”, en lugar de advertirles sobre las consecuencias de sus actos por infringir la ley.

Si viviera Benito Juárez, autor de la frase “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, seguro que de nuevo moriría de pura vergüenza.

Esperemos que esto cambie, pues de continuarse por ese camino, indudablemente las consecuencias serán gravísimas, y sin remedio van acarrear un daño incalculable a la nación.

¡Así es cuanto!