Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- A Andrés Manuel, a días de irse de la Presidencia, la nostalgia incipiente lo empuja a concentrar poder; quiere gozarlo, disfrutar de su empoderamiento.
El paquete de reformas presentado el 5 de febrero, no habría tenido sentido jamás, hasta que los resultados del 2 de junio lo hicieron posible.
El presidente lo vio, lo dijo y nadie de sus opositores, entre ellos yo, creíamos que podía ganar todo; sin embargo, lo logró.
Ahora, quiere usar ese poder. ¿Y cómo detenerlo? Quiere todo lo que el pueblo le dio en las urnas. Él cree que le dieron México, igual sus obedientes descerebrados.
Ni hablar. El poder trastorna y el poder absoluto trastorna absolutamente. Por eso quieren destruir al Poder Judicial y concentrar todo en él.
Goza con la venganza, la disfruta; sabe que suprimir la división de poderes será perjudicial para el país, pero no le importa, no mide, cree que somos indispensables para Estados Unidos. ¿Será? No lo creo. ¡Ojalá no pueda! El miércoles se sabrá.
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