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Anda suelto

La paranoia es solo otra palabra para definir la ignorancia. Hunters Thompson, escritor norteamericano

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Primero.- No sabemos si el compa Hunters, tenga razón. Segundo.- No sabemos si el subtítulo de esta entrega, sea aplicable a un personaje de la vida real o sea puritita coincidencia, porque es el título de una vieja película “Un loco anda suelto”, la cual no detallaremos; cada quien rásquese con sus uñas listas, como les decían a los constitucionalistas del viejo Venustiano. Total, no supimos nada, pero ya vamos al grano.

Según nuestra particular apreciación, ¡cómo se ha desquiciado en el poder el solitario de Palacio Nacional! Lo peor del caso es que cada día que pasa, empeora más y más, porque todo le sale mal, muy mal: la economía, la seguridad principalmente, sus megaproyectos, la terrible corrupción en su 4T, amparada por su impunidad, pero sobre todo ¡Oh my God!, la sucesión presidencial.

El “yo tengo otros datos” tampoco le ha funcionado, pues en cuanto sale de su palacio, la realidad del país lo rebasa, pero sobre todo, lo que más desquicia al Viejo, dígase lo que se diga o escríbase lo que se escriba, es la sucesión presidencial, pues no halla cómo afianzar un obradorato con sus corcholatas, al grado de que por allá en Sonora, hace días, perdiendo la vertical, “el amado líder” dijo “urbi et orbis”: ¡Al carajo!

Según el que esto escribe, lo anterior es muy lamentable para el presi y en general, para la nación entera; lo bueno del asunto es que su “honestidad” política (?), lo está haciendo comprender que no buscará la reelección y quien le siga, sea hembra o sea macho, se las arregle como pueda en este país, donde los miembros de la delincuencia fueron elevados, por ustedes ya saben quién, al grado de seres humanos; mientras los ciudadanos, los simples ciudadanos, que producen los impuestos para que los gobernantes y sus familias se enriquezcan, al igual que la nueva minoría rapaz y la nueva cleptocracia, están desprotegidos, viviendo en completo estado de indefensión.

Aquí le cortamos porque ya hasta nos están zumbando las orejas y no vaya a ser que alguien, deveras, nos mande ¡al carajo! Vale.