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Al día siguiente…

Raúl Ruiz.- Ya se van acercando los fríos, los de a deveras. Todavía se soportan los zurriagazos que hostigan apenas arriba de los cero grados celsius.

Sin embargo, hoy amaneció a -4°C con vientos de 45 km/h, y la urbe ya burbujeaba de carros. El pronóstico del tiempo recomienda cubrirse bien y evitar los cambios de temperatura. El velo gris de la bruma que cubre esta mañana de otoño, le da un leve toque dramático a la atmósfera.

Se antoja pasar el día bajo los placeres del entrepiernur, el champurrado y los tamales de queso y rajas; máxime, si eres recién casado, así que el Congresista JC Tenebris ordenó a sus doce acólitos que lo cubrieran en la manifestación contra la construcción del puente elevado, obra que le dará fluidez al tráfico vehicular que forma un trombo de chatarras en el centro histórico de la ciudad, por el tren que se atraviesa diariamente desde tantos lustros atrás.

Con la fiaca sobre la espalda, la instrucción del Congresista fue directa, pero sin el soporte logístico que se requería. De entrada, la “herramienta demoledora” estaba bajo resguardo de Rafflesia, quien al ver que Tenebris se disculpaba por no asistir, tampoco hizo acto de presencia.

Y de los doce anarquistas que forman el cuadro de actores, solo cuatro acudieron al llamado. Esta vez sin megáfono, ni marros de grafeno, ni gato-Ariel; ni script siquiera. Sólo un par de cartulinas, con engañosas consignas.

Una de ellas, con el lema de la casa: “El comercio en el centro histórico se está muriendo”. Cualquiera que lo leyera imaginaría un tianguis de ropa en Comala; la desolación representada por la imagen en sepia de una señora con rebozo, llena de arrugas, los labios partidos por la sed y el hambre.

Una hilera de pordioseros descalzos, harapientos; y uno de ellos, por allá, tirado, con el cuerpo exangüe, en decúbito lateral, con un perro triste que lame uno de sus pies al tiempo que gimotea su pérdida.

¡No queremos el puente!, ¡No queremos el puente!, repitieron cinco veces y optaron por retirarse.

La raquítica presencia de la ‘Unidad Delta’, del Congresista, resultó cómica. Sus cuadros de Fuerzas Especiales entrenados para acciones tácticas de infiltración y demolición, habían tronado como ejotes.

En redes sociales la burla no se dejó esperar. “Ese Congresista no trae nada de fuerza. No tiene operadores políticos, puro gritón de barrio”. Escribieron en sus muros.

Pocos saben que el frío es el talón de Aquiles de Tenebris. Cuando la temperatura baja de cero celsius, la única neurona que tiene se le congela y comienza a hilar una larga cadena de torpezas. Y le produce un apendejamiento crónico.

De ahí que Rafflesia, para contrarrestar el fracaso, haya convocado de urgencia a Cuarto de Guerra, donde se hizo un recuento de recursos y alcanzó para contratar a un actor para grabar un tik-tok. El personaje, con una máscara de luchador, lanza un último petardo… acusa al alcalde de tomar malas decisiones para beneficio de los caoticitizens.

Narrativa caduca, sin brío. Retórica hueca, inverosímil. Otro resbalón del Congresista JC Tenebris, quien tomará un taller de capacitación con el Grinch, para intentar crear otra representación callejera que le robe la navidad a su Némesis.

Voy por unas palomitas para ver ese capítulo de cierre de año.