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Adriana no se deja

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La Presidencia del Congreso del Estado obliga a una sana convivencia con todos los partidos políticos, más allá de si tienen o no fracción legislativa o representación en el Congreso.

Adriana Terrazas Porras, actual presidenta del Honorable Congreso del Estado, recibe críticas de sus pares de Morena, pero les ha demostrado que sabe hacer política.

Ahora la crítica es por acudir a un evento de Movimiento Ciudadano, antes por el sentido de su voto. ¿Acaso ser diputado por un partido conlleva la conciencia para votar todo bajo la línea de su militancia?

La libertad es parte de los derechos humanos o fundamentales; ojalá todos los diputados y diputadas votaran en conciencia cada uno de los asuntos que se les plantean y no como un hato ovino que obedece a ciegas. La historia nos ha enseñado que la sociedad tiene fobia por los políticos que representan a los partidos y no a la propia sociedad que los elige.

De hecho, ese es uno de los principales problemas que tiene el sistema político mexicano: la partidocracia. El dilema de los legisladores siempre ha sido: ¿me debo al partido que me postuló o al pueblo que me eligió?

Si voto según conviene al pueblo, el partido puede no volver a postularme y mi futuro político se acaba; y si voto según lo que quiere el partido, la gente del distrito me lo echará en cara. Además, ¿acaso la política partidista exige ver como enemigos a los que militan en otro?

¿Los diputados federales, senadores y legisladores de Congresos estatales no pueden ser amigos entre ellos y darse apoyo? La confusión es propia de los fanáticos que entregan su capacidad mental y aprenden a balar.

Chihuahua exige justicia, los abusos y perversiones utilizando el poder no deben ni pueden quedar impunes. Mis respetos para las comunidades diversas, pero nada que ver una cosa con la otra.