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Academia de Policía

No estoy contra la policía; simplemente les tengo miedo. Alfred Hitchcock, director inglés de cine

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Quienes por razones de edad ya somos de pecho “caido” (así sin acento), la pandemia nos ha puesto a pensar y tomar medidas precautorias, para que el pecho no se nos vaya hasta las rodillas.

Es muy difícil dejar de comer, incluida la comida chatarra, con o sin prohibición gubernamental, federal, estatal o municipal, pero ahí la llevamos, comemos un día sí y otro también, porque no queremos que nos pase lo que al caballo del gachupín; entonces, ¡aguas con la panza!

Desde hace algunos ayeres, estamos radicados en esta ciudad; ya podemos, con todo derecho, sentirnos hijos… adoptivos del Bravo y sus alrededores, sin olvidarnos, desde luego, del lugar donde nacimos, que también es una región norteña semidesértica, de hombres bragaos, como el que esto escribe. 

Resulta que, como juarenses, ya perdimos la cuenta de las academias de policía, que en esta tierra del cerro “Bola”, se han inaugurado con bombo y platillo, por todo tipo de autoridades pero que, por desgracia, ninguna de esas escuelas ha funcionado como es debido; nunca han dado resultados positivos para la sociedad de ésta, La Mejor Frontera de México, salvo opinión en contrario.

Hace días, leyendo los diarios locales, nos encontramos una nota periodística (13-08-20), que nos llamó la atención, al leer que por el rumbo suroriente de esta “bachenta” ciudad, se va a construir una nueva academia de policía, cuyo avance es de un 60%, sin señalar cuánto falta para que se termine este nuevo centro policial educativo.

Sinceramente creemos, gracias a experiencias pasadas, que después de que la H. Autoridad Municipal Independiente, inaugure, con bombo y platillo esta Academia de Policía y se gradúen una o dos generaciones de “polis”, ésta quedará, al cambiar la administración, en el olvido, por falta de presupuesto y politiquerías de costumbre y la sociedad, seguirá en estado de indefensión, como lo ha estado siempre, pero más a partir del aquel nefasto año 2008.

Le deseamos suerte a este nuevo proyecto policial municipal y ojalá, de verdad, se gradúen policías que acepten que serán solo servidores públicos y como tales, deberán servir, única y exclusivamente a todos los juarenses, quienes a través de sus impuestos les pagarán sus prestaciones salariales que, en su momento, se les asignen; deseamos también que esta nueva academia de policía sea la última que se construya en esta estoica tierra del Bravo. Vale.