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Oficio político

Raúl Ruiz.- Cuando comenzó a circular mi más reciente libro titulado “Escenarios 27… El Arranque”, allá por principios de noviembre de 2024, aseguré que, para la contienda electoral a la gubernatura de Chihuahua, en la punta del arrancadero despuntaba Cruz Pérez Cuéllar como el aspirante con mayores posibilidades al cargo.

Afirmación sostenida por el estudio de las posibilidades suyas frente a las de otros aspirantes, bajo un riguroso análisis de prospectiva y conteo de canicas en las alforjas. Sus detractores, en su ansia por descarrilar esta posibilidad, se han encargado de descalificar la viabilidad de esta aseveración, con argumentos poco sostenibles.

No voy a desacreditar sus valoraciones personales, pues nos enredaríamos en un interminable pleito de exclusiones, que no conduce a ningún lado.

Lo evidente es que, al no ser el personaje de su preferencia, invalidan su figura como líder en las posibilidades hacia ese derrotero, con lo que tienen a la mano. ¿Cómo? Con la construcción de una narrativa de odio, desacreditación sistemática, materiales fake y una invariable estrategia de mentiras retocadas con un tinte de verdades para darle credibilidad.

Estrategia elaborada por el publicista Carlos Alazraki para hacer perder estruendosamente a Xóchitl Gálvez y todos los candidatos de la Alianza Transgénero.

Lo curioso es que, a este festival de distorsiones, hijas de la posverdad, se adhieren algunos “especialistas” en marketing político y consultores trasnochados, cuyo único consejo es atizar un fuego a ramitas de pirul, con el uso de la diatriba como “acelerante” de la combustión.

El problema que tienen estos versados asesores, es que su clientela no trae madera para la creación de liderazgos de arrastre y optan por la recomendación más elemental: “Dale con todo, desacredítalo por cualquier cosa, no lo sueltes de la cola, en una de esas logramos convencer a los ingenuos”.

El oficio político

No cualquiera tiene el perfil para competir con éxito en la política y no cualquiera adquiere habilidades para sortear una contienda.

Por “oficio político” me refiero a las habilidades y competencias necesarias para operar eficazmente en el ámbito de la política. Esto incluye no sólo el conocimiento de las leyes y los procesos legislativos, sino también la capacidad de negociar, construir alianzas, comunicar de manera efectiva y entender las dinámicas del poder y la influencia.

Un buen político no sólo necesita comprender los problemas y las soluciones posibles, sino también saber cómo navegar las complejas redes de relaciones y expectativas que caracterizan el mundo político.

Para destacarse en el oficio político, es esencial desarrollar una variedad de habilidades, como:

1. Comunicación efectiva: Saber expresar ideas de manera clara y persuasiva, tanto oralmente como por escrito, es crucial.

2. Negociación y mediación: La capacidad de alcanzar acuerdos y resolver conflictos es fundamental para avanzar en proyectos y políticas.

Habilidad para convencer a otros liderazgos insertos en lo que Foucault llamaba micropoder. El término “micropoder” se refiere a pequeños pero influyentes grupos o individuos que, aunque no tienen un poder formal o visible, ejercen una gran influencia en la sociedad.

Estos actores pueden operar en diversos contextos, como la política, la economía, la cultura y los medios de comunicación.

* Líderes comunitarios: Individuos que tienen un fuerte impacto en sus comunidades locales, como líderes de organizaciones no gubernamentales (ONG) y activistas.

* Influencers y creadores de contenido: Personas que tienen un gran seguimiento en redes sociales y pueden moldear la opinión pública y el comportamiento de sus seguidores.

* Medios de comunicación alternativos: Blogs, podcasts y otros medios independientes que pueden influir en la percepción pública y en la agenda mediática.

* Empresarios y emprendedores locales: Propietarios de pequeñas empresas que pueden influir en la economía local y en las decisiones de consumo.

*Académicos y expertos: Profesores, investigadores y analistas cuyos estudios y opiniones pueden guiar políticas públicas y decisiones empresariales.

* Sindicatos y asociaciones profesionales: Organizaciones que representan a trabajadores y profesionales y que pueden negociar y presionar para obtener mejores condiciones laborales.

* Organizaciones religiosas: Líderes y comunidades religiosas que pueden influir en la moral y los valores de la sociedad.

* Grupos de interés y lobby: Pequeños grupos organizados que presionan para que se tomen decisiones favorables a sus intereses específicos.

Estos actores, aunque no siempre visibles, tienen una capacidad significativa para moldear la sociedad y las decisiones que se toman en ella. Su influencia puede ser especialmente notable en temas locales o especializados.

3. Empatía y habilidades interpersonales: Entender y conectar con las necesidades y preocupaciones de los demás, tanto de los ciudadanos como de otros políticos.

4. Liderazgo: Inspirar y motivar a otros para alcanzar objetivos comunes.

5. Conocimiento legislativo y jurídico: Conocer las leyes, regulaciones y procedimientos legislativos para proponer y modificar políticas de manera efectiva.

6. Gestión del tiempo y organización: Ser capaz de manejar múltiples responsabilidades y priorizar tareas importantes.

7. Pensamiento estratégico: Evaluar las situaciones y tomar decisiones informadas y de largo plazo.

8. Capacidad de adaptarse: Ser flexible y responder adecuadamente a cambios y nuevas informaciones.

9. Ética e integridad: Mantener altos estándares de conducta y actuar con honestidad y transparencia.

10. Construir una fortificación sólida. Un equipo profesional y confiable.

Desarrollar estas habilidades puede hacer una gran diferencia en la eficacia y el éxito de un político.

Mi pregunta es: ¿Cuántos elementos tenemos en la entidad, con estas características, para competir en las próximas elecciones?

Por lo pronto, dejaré hasta aquí estas conjeturas y terminaré esta columna con la mención de otros chihuahuenses sacados de la supraconsciencia, algunos jugadores políticos que comienzan a asomar la cabecita, antes de levantar la mano.

Ahí están y no debemos perderlos de vista.

Daniel Murguía

Paco Bribiescas

Iván Almeida

Cristian Domínguez

Mireya Torres

Brenda Ríos

Antonio Domínguez

En su oportunidad desmenuzaremos sus personalidades.