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Gobernador Rocha Moya: Un peculiar apoyo

Alejandro Zapata Perogordo.- Con la justificación de que el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, está siendo estigmatizado a partir de un comunicado, al parecer circulado por el abogado del “mayo” Zambada, que dice contener una declaración de este último con relación a las circunstancias previas a su captura, donde lo involucra, sus compañeros gobernadores le dan el espaldarazo.

La versión que apareció en redes sociales cuenta que el conocido narcotraficante fue convocado a una reunión con el titular del Ejecutivo estatal, con el objeto de zanjar diferencias políticas sostenidas entre este último y el exdiputado federal Héctor Melesio Cuén, quien, según la narrativa, estuvo en el lugar donde se celebraría la junta; sin embargo, ese mismo día se confirmó su muerte por ejecución.

Esos acontecimientos, rodeados de un significativo misterio, abren la puerta para infinidad de especulaciones, dada la naturaleza de sus protagonistas y la especial situación que históricamente ha guardado la entidad sinaloense.

A la vez, como una jugada de cinco bandas, dadas sus repercusiones por la magnitud de sus efectos, comienzan a surgir los escándalos acompañados de sus respectivos damnificados, entre otros, de manera especial, el gobernador de Sinaloa.

Aprovechando el viaje, todos los gobernadores que dicen ser de Morena e inclusive el dirigente nacional de ese partido, cierran filas y mediante un comunicado conjunto dan el respaldo a su compañero, el gobernador de Sinaloa, a quien le atribuyen las más altas cualidades.

Cabe agregar que ese manifiesto les es de utilidad para dibujarse a sí mismos, todos y cada uno de los firmantes, pues resulta impropio e ilógico juzgar la conducta de otro sin tener calidad moral para hacerlo; en ese orden, todos se autocalifican con diez, al mismo tiempo que dan su apoyo al colega.

Según el contenido del documento, resulta que son probos, honestos, respetuosos de la Ley y apegados a los principios de su movimiento, consistentes en “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”.

En realidad, poco importa en lo interno el contexto del escrito de apoyo, estamos tan acostumbrados a los escándalos que su repercusión a nivel nacional es prácticamente nula, sobre todo, en virtud de que se conoce la trayectoria y forma de actuar de esos gobernadores, incluyendo al de Sinaloa, por lo que no engañan a nadie.

Hacia el exterior es otra cosa y, por lo visto se quieren curar en salud, al tener el temor de ser señalados o vinculados con los ahora detenidos, máxime que, al estar a disposición de las autoridades norteamericanas, se les escapa de control.

Para nadie es un secreto la participación de la delincuencia organizada en las elecciones, como tampoco que en muchas regiones gobernadas por los firmantes operan los cárteles con total impunidad, lo que hace presumir su complacencia.

La descomposición que pretenden ocultar con ese desplegado les resulta inútil ante las evidencias, incluso ahora que sale a la luz que policías adscritos a la Fiscalía de Sinaloa estaban comisionados para proteger al “mayo” Zambada, lo que es inconcebible, injustificable e ineludible.

Y conste, que apenas comienza.