Inicio Frontera Mental La Sirenita

La Sirenita

Psicólogo Daniel Martínez.- ¡Hola! ¡Qué gusto que recibas este mensaje nuevamente en este espacio! En mi mente es como si te enviara una carta, la cual solo tú y yo supiéramos qué es lo que platicamos, una especie de camaradería que pocos entenderán y te quiero dar las gracias por estar aquí leyéndome y descubrir qué mensaje quiero darte el día de hoy. ¿Te parece si hoy platicamos del amor, los sueños, la familia, la amistad y los finales “crudos pero felices”?

Bueno, pues todo esto fue lo que encontré en la nueva película de “La Sirenita”, pero no te preocupes que no te voy a hacer una reseña; sin embargo, me parece importante compartir en este portal situaciones que me dieron un mensaje interesante como el apego de padre e hija, los mandatos familiares que seguimos sin cuestionarlos y que quien no lo hace es un rebelde y reacomoda lo inamovible.

Bien. En esta nueva versión podrás notar a un padre autoritario que, si bien está orgulloso del trabajo que cada una de sus hijas realiza en sus espacios propios, él está contento porque terminaron haciendo lo que él siempre quiso para ellas, a excepción de la protagonista, Ariel, pues su “juventud” o “inmadurez” (según el papá), yo diría su consciente diferente al resto, la hace cuestionar estas reglas que las sostiene una situación del pasado que su padre no ha superado y decide que su razón tiene suficiente peso para que sus hijas hagan lo que él piensa que las tendrá a salvo.

Esto me recuerda a padres y madres que sobreprotegen y con ello limitan el desarrollo personal que el hijo o la hija tienen para dar, les limitan con miedos y prejuicios, les heredan el dolor de un duelo no resuelto, rencor o compromisos que no les tocan.

Me gusta que la protagonista (interpretada por Halle Bailey) se cuestiona porque lo que dicen ella no ha sido capaz de ver, su realidad es muy distinta a lo que le prohíben.

Ahora, trayéndolo a nuestro contexto, creo que cada persona debería tener la libertad de explorar su propio destino. Claro que sí necesitamos el apoyo de alguien, lo que debería pasar es que solo si esa persona nos pide una opinión, se le comparta; si esta persona no realiza esta misión, podría volverse dependiente a que alguien le ordene y le diga cuál es el camino “más seguro” y qué es lo que debe lograr con su propia vida.

Me parece bien interesante este punto porque creo que en nuestra sociedad mexicana se nos enseña a seguir lo que hizo nuestro padre o madre; claro que es entendible, pues con mucho esfuerzo nos sacaron adelante y seguramente lograron superar el estilo de vida que ellxs tuvieron, pero la sociedad cambia y tenemos que nadar en un contexto con 20 o más años de diferencia en experiencia, madurez, entre otras cosas, cosas que ninguna persona puede lograr escuchando consejos de su propia madre y/o padre.

Si ves la película, déjame tu comentario, tu opinión y/o proponme un tema para la próxima semana. ¿Tal vez deba continuar con este? Házmelo saber. Gracias por haber llegado hasta aquí.

Te espero la próxima semana. Búscame en mis redes IG:@danielmartinez.mx YouTube y FB: Psicólogo Daniel Martínez.