Dr. Arturo Castro.- La sociedad hoy en día tiene una cultura política diseñada en un contexto de democracia dirigida. Los gobernantes emanados de diferentes partidos políticos hacen que las políticas públicas sean las mismas, la ideología que ostentan no funciona como eje rector de las decisiones que se toman.
Existen los políticos que declaran ser de derechas e izquierdas, algunos de un centro confuso, solo es aquel capitalismo y socialismo sufrido como tal, es el poder del dinero y la manipulación social que domina cualquier situación.
La ideología contempla la orientación de las acciones en favor de la población, observa el desarrollo en un camino de pleno bienestar, contempla los dimes y diretes de siempre, realmente es el cimiento para una buena gobernanza.
Cuando las ideas se convierten en acciones genera un grado de confianza social que llega a convertirse en fanatismo a manera de agradecimiento hacia los gobiernos, independientemente de ser autoritarios o participativos.
La democracia dirigida es parte del sistema político mexicano, se nota cuando se exige no quitar alguna coma a iniciativas presidenciales, cuando en lugar de regalar algún producto se obsequia dinero en efectivo.
El sistema exige continuidad, por ello todo cambia para permanecer igual, los aplausos son el alma de la política, la crítica solamente es parte del show cotidiano, sobre todo si es de aquellos denominados adversarios, sin saber que se es uno de ellos.
Las causas públicas y sus consecuencias a veces requieren de una oposición responsable, real y claramente definida para equilibrar los excesos de poder y por lo mismo la ineptitud para hacer las cosas bien.
La posición de la oposición es cada vez más inestable, sin rumbo ante el embate de un gobierno inestable pero sólido en la imagen social que cree la fantasía de la realidad que no le cuentan como la carestía de la canasta de productos básicos.
La oposición política definida en varios partidos políticos, debe analizar las estrategias y las acciones para llegar a la mente de los individuos para un cambio necesario al que le llaman democracia participativa.
El gobierno dice que existe esta democracia participativa, solo es un engaño más como tal.
