Inicio LA OTRA NORMALIDAD Volver a la certidumbre

Volver a la certidumbre

Jorge Quintana.- Estamos experimentando una vida plena de inciertos, de amenazas permanentes, de dificultades para convivir y aun no tenemos fecha cierta, para que termine el periodo de indefinición.

Diariamente nos enteramos de más muertes de más contagios y aun no vemos para cuando vamos a llegar al final del túnel.

La planeación de la aplicación de vacunas falla, dependemos de muchas voluntades, que aún no se ponen de acuerdo, que dependen de políticas mundiales y de caprichos autoritarios, que cambian prioridades continuamente.

Mientras en las calles, la gente se dedica a cumplir las obligaciones diarias, sin dejar de pensar en el riesgo del contagio. Pero, hay que seguir viviendo y terminando con los deberes.

Aunado a esto, tenemos una economía vacilante, o más bien, una política económica inestable, con dudas sobre el crecimiento del PIB, sobre las consecuencias de no llegar a las expectativas de desarrollo, mientras a seguir viviendo en la rutina del confinamiento, de la mascarilla, que ya se volvió parte de la indumentaria, y esperar certeza en las decisiones públicas.

Ahora estamos en el inicio de un periodo electoral, y como consecuencia de este, a escuchar las propuestas de los interesados en participar en la contienda, para discernir, de entre todos, la respuesta sensata a la problemática que nos enfrentamos, todos y todas, la sociedad entera.

Hagamos entonces que nuestra vida tenga un objetivo honesto, hagamos de nuestra agenda de vida cotidiana un espacio de reflexión, un tiempo de convivencia intenso con nuestros semejantes, siempre en la sana distancia, pero productivo en las relaciones personales, para que nada quede sin decir, sin hacer.

Hoy, más que nunca, necesitamos de todos y todas, para que el día se convierta en tiempo útil, en resultados generosos, para nuestro futuro.

Recordemos que la vida es una, es para que dejemos huella de buenas personas, de congruencia permanente en el decir y el hacer.

Esperemos que lleguen mejores tiempos, la vida ya no será la de antes, pero podemos hacer lo necesario, para que sea mejor, en calidad humana y en solidaridad social.

Demos un propósito de realización a cada persona que nos rodea y hagamos de la esperanza de un mañana mejor, la divisa del quehacer diario.

Ahora todos necesitamos de una política pública honesta, que nos haga saber que hay buena voluntad de los gobernantes y, que piensan en los gobernados, no solo en sus proyectos personales o de grupo.

Vamos a recobrar la certidumbre del mañana, para disfrutar plenamente el hoy.