En esta Semana Santa atípica por la pandemia del Coronavirus, se debe vivir el sacrificio del Vía Crucis desde la casa para encontrar una mayor espiritualidad, fue el mensaje del sacerdote Mario Manríquez a las familias fronterizas que tienen que quedarse en aislamiento por esta enfermedad.
La vivencia de la Pascua este año es distinta el Papa Francisco ha insistiendo en que aunque estén las familias en casa se debe vivir la espiritualidad de la iglesia doméstica, “desde casa construir nuestra fe y la propia identidad como creyentes, no depende del exterior, no depende de cosas ajenas, sino de lo que hemos vivido”.
Se ha conmemorado tantos años la Pascua, se ha vivido el Vía Crucis, de celebrar la cena del señor y el lavatorio de pies, han sido muchos años de una riqueza que las familias tienen y es momento de recuperarla, para darle un sentido, porque sí se queda solo en el exterior no ayuda como familias, es un buen momento para interiorizar, para adentrarse como familia.
Hay muchos jóvenes y familias que quisieran andar en las calles, divirtiéndose pero por esta pandemia se tienen que quedar en sus casas y eso es un Vía Crucis, si se abre el pensamiento y la visión, se darán cuenta que las enfermeras y los doctores que están en los hospitales cuidando a los enfermos, así como a los que limpian a los que de alguna manera están en los hospitales sacrificándose, arriesgándose y es algo hermoso verlos, por lo que vale la pena unirse a ellos mediante la oración y quedarse en casa.
“Debemos quedarnos en casa contentos, sin renegar, sin estar mortificando al otro, sino aprendiendo a conocer al otro, es un Vía Crucis representado en el hogar eso es más hermoso que verlo en el exterior, hay que vivirlo y tener fe en la resurrección”, señaló.