Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Victoriano Huerta comenzó su carrera de bandido militar en la dictadura de Porfirio Díaz. En el gobierno de Francisco I. Madero asciende a general.
En febrero de 1913, participa en la conspiración contra Madero, aunque disimula y engaña, pues tenía a su cargo la defensa de la capital. La asonada del sobrino Félix Díaz, con ideas de emular al tío, apoyado por Bernardo Reyes.
Esa conspiración se registra como la Decena Trágica, del 9 al 19 de febrero de 1913. Madero y Pino Suárez son depuestos, arrestados y asesinados. Huerta es forzado a dimitir en julio de 1914. Huye al exilio tras 17 meses en el poder.
Es arrestado en 1915 por agentes de Estados Unidos por reunirse con espías alemanes en el contexto de la I Guerra Mundial (1914-1918). Es arrestado, va a prisión y muere junto al sueño de volver.
Huerta está, cómo otros, en el basurero de la historia por traidor y asesino. El Chacal o El Usurpador es lo menos con que se recuerda. El taimado jugaba a dos bandas hasta decidir por dónde.
Así, el 9 de febrero, primer día del enfrentamiento, el General Reyes muere en combate y Villar, maderista defensor de Palacio Nacional, es herido. Huerta recibe el ascenso del jefe Madero y es encargado de la defensa citadina. Sustituye al General Villar.
Huerta quedaba en posición clave. Se reunió con los alzados a espalda de Madero. El traidor oculta su complicidad, pero Huerta está vigilado por Gustavo, hermano de Madero, quien lo arresta y lo lleva frente al presidente, pero no le cree y lo libera.
Huerta saca las uñas y arresta el 18 de febrero a Madero y a Pino Suárez, junto con Gustavo, en Palacio Nacional. Félix Díaz sería quien ocuparía la Presidencia, pero el ladino de Huerta lo convence de gobernar de manera interina hasta pacificar a los maderistas.
Félix Díaz propone elecciones, creía ganarlas, pero Huerta no tenía intención de entregar la presidencia. El sobrino de Díaz sepulta así los sueños de emular al Tío.
