Dip. Omar Bazán Flores.- Toda vez que estudios científicos señalan que en menos de tres décadas habrá más plásticos que peces en nuestros mares, de seguir con el ritmo actual de desinterés por el ambiente, es urgente que el Ejecutivo federal dé a conocer cuál es la estrategia a seguir para cumplir con el objetivo 14, relativo a Vida Submarina.
Desde el Congreso de Chihuahua presenté una iniciativa con carácter de punto de acuerdo con el fin de dar cumplimiento a este objetivo fijado en la Agenda 2030 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.
Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas se deben gestionar de manera efectiva, al igual que sus recursos, y se deben poner en marcha reglamentos que reduzcan la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.
La conservación de los océanos y las medidas no deberían estancarse bajo ninguna circunstancia adversa. Por eso, ante esta cuenta regresiva debemos buscar soluciones a largo plazo para la salud de nuestro planeta en su conjunto. De hecho, nuestras vidas dependen de la salud del planeta dado que la salud de los océanos está íntimamente ligada a nuestra salud.
Inclusive, las bacterias que se encuentran en las profundidades del océano se están utilizando para llevar a cabo pruebas rápidas para detectar la presencia de enfermedades, aparte la diversidad de especies del océano ha sido y será prometedora para los medicamentos.
Si no se adoptan medidas de mitigación, el cambio climático aumentará el costo de los daños a los océanos en 2050, incluso en lo local con el reflejo en los precios de productos del océano.
Como solución a este panorama están los pequeños cambios en nuestra vida cotidiana, como utilizar el transporte público y desconectar los aparatos electrónicos, ahorra energía.
Estas medidas reducen nuestra huella de carbono, un factor que contribuye al aumento del nivel del mar. En lo que respecta a los arrecifes de coral, un 20% de los mismos ha sido destruido y no se observan perspectivas de recuperación.
Aproximadamente el 24% de los arrecifes restantes está en peligro inminente de desaparición por presiones humanas y un 26% está en riesgo de desaparición a más largo plazo.
Como una opción sumamente viable se encuentra eliminar, en lo posible, el uso del plástico y organizar actividades de limpieza en las playas.
