Arturo Castro.- La icónica canción de Leo Dan que habla de un amor por México: “Toquen mariachis canten, que el mundo escuche tu voz porque mientras cante el mundo entero, no habrá más guerras sino canciones.
La tarea de réplica es muy clara, la sociedad debe celebrar la vida con todo y sus condiciones que incluyen la perfección de las políticas públicas para llegar al mejor bienestar social.
Regalar despensas y dinero es lo más fácil para no tener que trabajar y recibir el aplauso de una sociedad llamada pueblo, que tiene ayuno de justicia a través de generaciones por siempre.
La diferencia de gobiernos la hace un sistema basado en el lucro del poder y del dinero, en el capitalismo se disfruta la ciudad en base a la deuda, en el socialismo se aspira a lo mejor en base al trabajo y al peso debajo del colchón.
La vida social tiene muchos contrastes que van de los ricos del pueblo que cenan en restaurante hasta los que ni a tacos sudados llegan, la realidad abate cualquier propuesta política de un arreglo del futuro cercano.
Creer o no creer en los políticos es la eterna diferencia, ya que son de diferente cuna e intereses provocados por los grupos de poder que solo aspiran al poder por el poder.
Amar a México no debe ser casualidad, los mexicanos lo comparten hoy a través de redes sociales, confían en sus ligeras decisiones políticas como las mejores, cambiando de parecer en cada elección.
La felicidad casi parece un decreto cuando la presidencia del país lo declara ante una sufrida sociedad que observa el precio del producto de la canasta básica sobre la ganancia salarial.
México es un país estable, al menos eso parece, con una economía que tiene como base la corrupción política de los políticos para ganancia de los oportunistas que crean empresas al arribo al poder de los amigos.
Leo Dan intenta dar otro mensaje, que es el amor por México a través de su música, haciendo olvidar las penas y las angustias cotidianas, es un aporte glorioso frente a una sociedad que disfruta sus penas todo el tiempo.
“Toquen mariachis canten” es una lección de felicidad que en política nos debe llevar de la imaginación a la realidad de tener lo mejor de lo mejor.
