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Todos en la trampa

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Hasta en la mesa se avientan los platos. El presidente López Obrador es nato y hábil comunicador, y más aún, cuando se dirige a su base que está sólida y formada por una parte de sociedad heterogénea. Muchos han dicho que son los pobres y beneficiarios de sus programas sociales, falso, en sus filas hay personas de todos los deciles, como divide el INEGI a la población.

Andrés Manuel sabe qué decirles y cómo recordarles día a día todo lo que odian u odiaban de los corruptos y pésimos gobiernos que tuvimos para así conservarlos de su lado. Los que pensamos distinto nos hemos empeñado, creo, erróneamente, en buscar la razón adecuada que abra ojos y oídos para hacerles ver que estamos peor, pero la mejor respuesta que he recibido fue: Que se acaben lo que queda.

Nos mueve la desesperación, pero como llegó tarde; y es cierto, esa desesperación que ahora sentimos debió explotar hace mucho tiempo. Pero los dejamos, al PRI más, pero también al PAN, que hicieran lo que se les vino en gana. El éxito neoliberal, el TLC, hoy T-MEC, multiplicó por cinco nuestra economía y, tal vez, eso nos conformó.

Ahora, que todo está en peligro, queremos que nos escuchen quienes antes pensaban diferente, pero no están dispuestos; parece que nos quieren hartar de sopa de nuestro propio chocolate. Obvio que no ha cambiado casi nadie, aunque de los más de 30 millones que lo eligieron, ahora su base dura se estima que es de 15 a 17 millones.

Es más fácil cambiar a alguien de religión que ponerlo en contra de Andrés Manuel. Es un dicho para describir a un Chairo, sin ánimo de ofender, pues así se les dice y ellos nos repiten el fifí que nos endilgó AMLO. Pero es cierto, quienes creen que AMLO hace lo correcto, o los hay que sienten que él toma venganza por ellos, y que les quita el coraje de años, o la impotencia eterna con lo que teníamos, que no ven ni quieren ver que salió peor. Creo que más bien dicen: ¡ándele! ¡Atásquese ahora que hay lodo!

Además, ¿de qué los culpamos? La inseguridad ya estaba, los pobres ya estaban, la corrupción ya estaba, la pésima escuela y educación ya estaban, la falta de oportunidades ya estaba, los mojados ya se iban y mandaban remesas, ahora hay otros que usan las remesas para lavar su lana. Todo ya estaba. ¿Entonces nada cambió?

Pues no. La verdad es que nada cambió, todo sigue igual, aunque ha superado en todo lo malo al viejo PRI y al del cambio prometido; al PAN, no lo quieren ver porque simple y sencillo: ellos ya sufrieron, ahora nos toca a nosotros. Parece de locos, pero para desquitarme de todo lo que no pude antes, ahora soy capaz de quemar mi casa con tal de ver arder la del vecino.

Los muertos por  crímenes dolosos los pone la sociedad; es decir, todos pobres, clase media y alta, para dividir sin escarbar; el desempleo es parejo en el campo y la ciudad, y la corrupción sigue igual, desde un tránsito o vialidad hasta el moche por un empleo, una casa o un contrato, que se cayó, y calló, la educación.

Tampoco es que antes fuera mejor. Que han aumentado las remesas, debiera ser de pena, que los pobres que se van nos mantengan. De ese dinero hay seguridad de que el narco limpia su lana en una operación hormiga, aunque no se sabe cuánto es ayuda a familias, ni la cifra de ellos.

En fin, decir, que estaríamos mejor con otro gobierno del PRI o del PAN, no pega, y no hay manera de defenderlos porque cada vez fue peor el resultado de los presidentes en la historia de México. A salvo algunos, de los que en algún momento les platicaré algo bueno que hayan hecho, son pocos, pero vale hacerlo, hoy no.

Pero algo es seguro, de Echeverría en adelante, no nos ha ido bien, salvo el TLC, hoy T-MEC, que nos multiplicó por cinco, pero que no lo estamos utilizando bien, ni antes ni ahora, ya quisiera cualquier país de la tierra tener esta frontera, este vecino y el Tratado, pero nosotros hacemos la vista gorda y nos damos el lujo de no crecer, ni hacer por desarrollar, ni nada; cuando ese T-MEC ofrece todo.

¿Cómo pretender que nos crean? Tienen razón en preferir esto malo, muy malo, pero algo reparte, y antes nada de nada, todo para el ganón. Así que la única manera de cambiar a este gobierno es invitar a votar a los 34 millones de personas que no votaron en 2018, a riesgo de que voten por este mismo.

Pero si se mueve la sociedad y sale a votar todo el que tenga derecho, es probable que se vaya AMLO y que gane otro, pero nada garantiza que sea mejor, así que harán su lucha por dejarlo aunque sea a través de Claudia. Nuestra libertad es sagrada y cada quien cree lo que quiere creer. El Chairo es Chairo, y el que no lo es, respételos.

Ojalá también ellos se den un espacio de paz para dejar de discutir entre amigos, vecinos y hasta en la mesa, entre familiares. AMLO no solo ganó el gobierno, también nos ganó una parte del tiempo diario para ocuparnos de lo que él dice o manda decir, hace o manda hacer.

Pongamos un alto o una tregua, nadie merece que lo insulten por redes sociales por una razón o la otra, nadie debe alimentar odios ni rencores, ni dividir a todos entre pintos y rojos. ¡Ya basta! Recuperemos el respeto y el buen trato, por lo menos mientras acaba con el país o lleguen las elecciones; lo que ocurra primero.