Daniel Valles.- En nuestra región como en muchas otras regiones del país, el mes de agosto es el mes de las lluvias. Sabemos que van a llegar. De igual forma sabemos que en junio tendremos mucho calor por la llegada del verano.
Este año la llegada de “los calores” se adelantó casi un mes, lo que ha tenido sus muy graves complicaciones. Una de ellas es la sobredemanda de agua potable para el consumo diario.
Como le comenté en otra entrega, a la llegada del mes de mayo, de un día para otro, aquí en Ciudad Juárez se encendieron casi 400 mil aparatos de aire lavado. Lo que los juarenses llamamos “aires”, en Mexicali llaman “culers o coolers”. Que es lo mismo.
Cada uno de estos aparatos consume cerca de 12 mil litros de agua al mes. 12 metros cúbicos. Lo que duplica de manera automática el consumo normal de una familia de cuatro personas, en una casa de tres recámaras y dos baños. Esto de acuerdo con datos de la J+.
La demanda de agua en nuestra ciudad se duplicó. Provocó una baja de presión y falta de líquido en algunas colonias y fraccionamientos de la ciudad. En unas áreas más que otras. Es parte de vivir en un desierto y que el agua con la que subsistimos se tiene que extraer ya a 300 metros de profundidad.
Pero ese es un problema que ocasiona la llegada del calor de mayo, junio y julio: la sobredemanda de agua. Lo que tiene que ver con el asentamiento de más de 500 mil personas que se han avecindado en nuestra ciudad en los últimos diez años. De ahí que la gente exprese y diga: “antes no sufríamos escasez de agua como ahora”.
Llegó agosto y con él, las lluvias. Lo que representa un problema diferente, aparte de lo que viene aparejado con el calor que aún experimentamos.
Ciudad Juárez, como la mayoría de las ciudades en México, no cuenta con drenaje pluvial, que es el sistema por el que deben correr las aguas de las lluvias que caen cuando llueve. Por ello y por las condiciones de desniveles o cunetas que existen en las vialidades se generan los encharcamientos en las calles por las que todos transitamos.
Este es un problema añejo y grave. El que las autoridades atienden mucho menos que los problemas que están a la vista de todos, que son los que se resuelven con obras que se pueden ver, que todos notan y dejan huella en las fotos y videos del momento.
El drenaje pluvial, por ir bajo la tierra, no se ve, no se nota, no es de gran interés o prioridad para las autoridades de los municipios. Como sí lo es su utilidad en tiempos de lluvia. Pero resulta que no existen los tales. No así el drenaje, que va por debajo de la tierra y que la J+ instala como parte de las obras que ha de realizar.
El drenaje pluvial es responsabilidad de las autoridades de cada municipio. Pero en el estado de Chihuahua, el drenaje sanitario le corresponde al estado. No el pluvial. Son dos áreas de responsabilidad diferentes.
Por lo regular en las calles existen varios tipos de alcantarillas. Las que van por en medio de éstas son de saneamiento. Tienen tapa de “fofo” o fierro forjado. Las de Telmex, las de CFE y las del gas.
Las pluviales están sobre el cordón de la banqueta y son de rejillas. Casi siempre están tapadas por la basura y tierra que contienen en su interior y cuando vienen las lluvias las encuentra tapadas. Por lo mismo, donde hay una cuneta se hacen los encharcamientos que todos hemos visto.
¿Qué ha aprendido a hacer la gente para que el agua encharcada se vaya? Abrir las tapas de las alcantarillas del drenaje sanitario. Esto alivia el encharcamiento, pero colapsa el sistema de drenaje. ¿Por qué?
Porque el agua que se va por la alcantarilla contiene basura, piedras, tierra, finos. Los que se cuelan al sistema de drenaje que no está diseñado para trabajar de esa forma. Le generan una alta presión para la que no fue diseñado. Pronto se colapsa.
Todo lo que se va por la coladera llega a los colectores de aguas negras, los que con el tiempo y por el colapso causan que el agua se regrese. El agua negra del drenaje retorna al lugar de donde salió: adentro de las casas.
Cuando alguien abre la tapa de una alcantarilla de drenaje sanitario nunca piensa que el agua que se va a ir por ahí provocará un daño enorme al sistema sanitario y mucho menos a los vecinos que viven en el área. Tal vez a su propia casa. Pero eso es lo que sucede. Y entonces no hay más que un aparente culpable: La Junta Municipal de Agua y Saneamiento. Lo que dista mucho de ser cierto.
Para evitar esos colapsos y que el drenaje se colapse, es por lo que siempre en temporada de lluvias, la J+ le pide a la gente que no levante las tapas de las alcantarillas. Porque al levantarlas causan más daño que beneficio. Pero además porque es por el bien y seguridad de toda la ciudad.
No levanten las tapas de las alcantarillas. Gracias.
