Benjamín Carrera (Vocero de Morena en Ciudad Juárez).- Recién se anunció que un panel de resolución de disputas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) falló a favor de Estados Unidos en una controversia relacionada con la importación y el uso del maíz genéticamente modificado (GM) o más coloquialmente, maíz transgénico.
Según el informe final, las medidas adoptadas por México para restringir el uso de este tipo de maíz no están basadas en evaluaciones científicas adecuadas ni en estándares internacionales (léase, puede complicar negocios o business), lo que constituye una violación al acuerdo comercial.
Es desafortunado que una decisión que involucra soberanía alimentaria, protección cultural y ambiental, se reduzca a un asunto que involucra pesos y centavos, bueno, dólares pero es una realidad. El conflicto se originó en un decreto del presidente López Obrador emitido en febrero de 2023, que prohibía el uso inmediato de maíz transgénico en la elaboración de masa y tortillas, e instruía la eliminación gradual de este tipo de grano en otros alimentos y en forrajes para animales.
Para entender un poco más del tema, es necesario explicar que el maíz transgénico es un maíz al que se le modifican en laboratorios sus genes, por lo que además de posibles daños a la salud humana, también implica que ese maíz proviene principalmente de grandes empresas trasnacionales que impiden que la semilla se pueda reproducir de forma natural como ocurre con los maíces criollos y, por tanto, siempre se tenga que adquirir con esas empresas esa semilla, y además, lo que es gravísimo, ese tipo de semilla modificada artificialmente contamina a las 55 razas nativas de maíz que tiene México.
Si bien es cierto que no existe evidencia contundente de que la producción de ese maíz tenga relación directa con daños a la salud humana, tampoco existe la certeza de que no pudiera ser causante de diversas enfermedades. La lógica elemental indicaría que, por lo pronto, debería prohibirse su siembra y comercialización en tanto se incrementan y amplían los estudios que den mayores evidencias, tanto a favor como en contra. Pero el mercado es el mercado.
Es importante señalar que ya para 2017, el 90% de las tortillas que se consumían en México contenían maíz transgénico. Así lo reveló un estudio elaborado por el Instituto de Ecología y del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM. De acuerdo con ese mismo estudio, también se encontró que en las tostadas, harinas, cereales y botanas hechas a partir de maíz, el nivel de maíz transgénico es del 82%.
Sin duda, esto del maíz transgénico es un asunto mayor que dará mucho de qué hablar, pues México es el mayor mercado para las exportaciones de maíz proveniente de Estados Unidos. En 2023, ese país exportó a territorio mexicano alrededor de 18.6 millones de toneladas métricas, equivalentes a 5 mil millones de dólares. De enero a octubre de 2024, el valor de las exportaciones de maíz observó un valor de 4.8 mil millones de dólares.
Pero insisto, no solo se trata de dinero, el maíz tiene un gran valor cultural para nuestro pueblo, para los mexicanos la tierra es la madre y el maíz el padre y eso ningún tratado comercial lo va a impedir.
P.d. Por lo pronto felices fiestas invernales. ¡Va un abrazo!