Raúl Ruiz.- ¿Coincidencias? Hay tres notas que usted conoce perfectamente:
1. El Chueco mató a dos curas jesuitas en Cerocahui, allá por Urique. En lo más profundo de la sierra de Chihuahua. El incidente causó estremecimiento mundial. Intervención presidencial y persecución de todas las fuerzas de seguridad, incluyendo los militares. Es hora que no hallan a “El Chueco”. Aparentemente, ¡se les peló!
2. El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, para firmar acuerdos entre ambos países. Y luego…
3. Un par de días más tarde, coincidentemente, atrapan al narcotraficante Rafael Caro Quintero en la sierra de Urique, por los linderos con la sierra de Sinaloa, en un operativo encabezado por la Armada de México.
4. Al día siguiente, coincidentemente, “se desploma”, por allá mismo, una aeronave de la Marina, con 15 elementos, de los cuales fallecen 14 y uno queda gravemente herido. Coincidentemente, son los mismos elementos que atraparon al narcotraficante, Caro Quintero. Ups. ¡Parece película!
Al derribar la aeronave se da la sensación que podría haber sido por cuenta del cártel de Caborca, organización criminal fundada por Rafael Caro Quintero desde 2013, cuando recobró su libertad. Y motivo por el cual tenía precio su cabeza.
O… ¿tal vez, se deshicieron de ellos, para no tener que pagar la recompensa de 20 millones de dólares ofrecidos por los Estados Unidos, a quien localizara al peligroso criminal? ¡Piensa mal y acertarás!
Esta cadena de aparentes coincidencias tiene un nombre: SERENDIPIA, hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. La definición indica: Circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba.
Curiosamente, el hallazgo de Caro Quintero causa mejor impacto que si hubieran detenido a “El Chueco”, pues su posible extradición a los Estados Unidos le da un sazón más sabroso al JUICIO DEL SIGLO, contra García Luna, pues quizás se cruce información entre ambos criminales para echarles el guante a un par de expresidentes cuando menos y algunos políticos de alto pedorraje, involucrados con ambos personajes.
Total, a “El Chueco” lo cazamos más tarde… En otra SERENDIPIA. ¡Obvio!