El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás. Margaret Thatcher, abogada británica
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- ¡Uf! Por fin el Viejo pudo vender baratón el avión José María Morelos y Pavón, llamado “El Siervo de la Nación”; con el dinero de la venta, se construirán, según el decir presidencial, 2 hospitales 2. Que así sea.
A ciencia cierta, no sabemos si la senda por donde nos lleva “el amado líder”, sea directamente la senda del socialismo, esa forma de esclavitud y sinónimo de pobreza, en pleno siglo XXI; lo escribimos por la repartidera de dinero de los contribuyentes, que viene haciendo dese el inicio de su gobierno transformador; ojalá podamos ver lo que suceda, cuando el dinero se acabe.
Por lo pronto, el pelao de Macuspana, sigue en su porfía de desaparecer todo lo que le estorbe para imponer el obradorato. Ahora va contra el INAI, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección Ciudadana. Según los legisladores de oposición, lo hace para que no se exhiba, ido del poder, la corrupción de su gobierno.
El Primer Mandatario, insistimos, no se dará por vencido al final de su mandato, él quiere, a costa de lo que sea, seguir, tras bambalinas, ostentando el poder por todo el tiempo que el destino le permita, deseando con toda su alma, según su decir, que el próximo Congreso de la Unión sea totalmente morenista, para que le apruebe, por abrumadora mayoría, todos sus caprichos y por eso ya dictó la agenda de gobierno para el próximo sexenio y se pueda continuar con la transformación de México.
A lo mero macho, nos gustaría, como ciudadanos mexicas (recuerden que también formamos parte de la indiada, el nombre lo dice todo), tener, aunque sea por un día, ese poder omnímodo, nomás para ver qué se siente y por qué se pierde la cabeza al sentarse en “La Silla Embrujada”; lamentablemente los creyentes dicen que Dios no cumple antojos ni endereza jorobaos, así que nos quedaremos con las ganas.
Lo bueno es que el gobierno de la 4T, jamás permitirá, aunque nos lleve como nación, por la senda equivocada, que ningún “masiosare” profane con sus plantas el suelo azteca, nomás eso nos faltaba. Solo que… piensa ¡oh! patria querida que el cielo, ahora un albañil, en lugar de un soldado, en cada “jijo” te dio. Vale.