Barcelona venció 3-0 en el juego de vuelta al Sevilla, y con un marcador global de 3-2, los catalanes, avanzaron a la Final de la Copa del Rey, tras un juego el cual tuvo que definirse en Tiempo Extra.
Ousmane Dembélé rompió el cero con un derechazo a colocar desde el borde del área que dejó sin reacción al arquero.
El equipo catlán no se confío ni se conformó con el primero y continuaron hacia adelante con Lionel Messi como nexo entre el mediocampo y los delanteros. El argentino tuvo una buena sociedad con Jordi Alba por banda izquierda que casi termina en la anotación de Frenkie de Jong, quien falló debajo del arco para mantener el resultado hacia el entretiempo.
Sevilla fue muy poco ambicioso al ataque, pero en el segundo tiempo se animó un poco más pero no logró dañar a los Culés, que tuvieron la más clara en los pies de Jordi Alba y una volea frontal de aire que se estrelló en el travesaño. Sin embargo, la visita se cerró bien e inició un buen trabajo de contraataques.
Cosa que le dio resultado a los 71′ cuando En-Nesyri salió a toda velocidad y, con la parte externa del pie cruzó el balón al otro lado de la cancha donde apareció Lucas Ocampos, quien se metió en el área y recibió una falta que, desde los doce pasos, el propio argentino se encargó de fallar con un débil disparo que atajó Ter Stegen.
Poco sirvió esto como envión anímico, ya que los visitantes hicieron su trabajo replegándose atrás y los disparos desde fuera del área de Junior Firpo, Messi y Pedri no sirvieron de nada y forzaron el tiempo extra por la vía aérea con el tanto de Gerard Piqué en la última de los 90 minutos regulares.
Con un jugador más por la expulsión de Fernando, el Barça no tardó en ponerse por delante tras un gran centro de Jordi Alba que cabeceó de palomita Martin Braithwaite. El balón se fue entre las piernas del arquero y todo se encaminó fácil para los dueños de casa.
Sevilla intentó hasta el final, pero los catalanes supieron sufrir y obtuvieron el triunfo.
A la espera de conocer a su oponente, el cual saldrá de la llave entre Levante y Athletic Bilbao, Barcelona salva una parte de la temporada y mantiene las esperanzas de levantar un título al alcanzar una nueva final de la Copa del Rey.