Daniel Valles.- El próximo lunes 30 de agosto es una fecha crucial para las familias y también para los gobiernos. El federal, el estatal y el municipal. La es también para el magisterio del país, para las familias mexicanas que tienen hijos en edad escolar y para el sistema hospitalario nacional. Es la fecha en que se reanudan las clases en toda la república.
De ahí que la pregunta que más frecuentemente se han hecho miles de padres de familia, comentaristas, periodistas y todos en general es: ¿deben o no regresar a clases los educandos? En especial, los de primaria y secundaria.
La razón principal es obvia: la pandemia que está sobre nosotros. La variante Delta, que es más virulenta, que sí ataca a los niños (claro, también a las niñas y adolescentes). ¿Es seguro?
Puedo contestar, solo de manera personal: No lo creo. Y si tuviera hijos en esas edades, no los enviaría a la escuela. No tengo confianza, no solo en el gobierno que afirma que no pueden seguir cerradas las escuelas y los niños sin recibir clases que porque les hace falta salir y que deben recobrar la oportunidad de socializar.
No creo que les pase nada si no van a clases y sí sé que aumenta el riesgo de un contagio si lo hacen. Y no soy el único. Miles de “pater familias” piensan y sienten, creen y aseguran lo mismo que creo. De hecho, los líderes de la CNTE destacaron que poco más de 90 por ciento de los padres considera riesgoso el regreso a clases presenciales.
Así lo muestra el resultado de una encuesta que a nivel nacional realizaron. En ella se indica que, de 60 mil 026 padres, madres de familia y tutores consultados a nivel nacional, 81.7 por ciento (49,041) no está de acuerdo en que inicie el ciclo escolar 2021-2022 de manera presencial, según reveló la encuesta realizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Y no solo indica lo anterior, sino que el sindicato, en voz de sus líderes, le envía un mensaje a don presidente. “A nombre de 600 mil maestros de la CNTE, advirtieron que “llueva, truene o relampaguee” no volverán a las aulas de forma presencial, pese al llamado presidencial porque no hay condiciones y prevalece un riesgo permanente de letalidad por la presencia del COVID-19”. La encuesta fue publicada en el periódico La Razón, en la edición del pasado 26 de agosto.
¿A quién debemos creerle? Eso es algo que no le puedo decir. Es una decisión personal que solo le atañe a quienes estén en el caso de enviar a sus hijos menores a la escuela. Quienes opinamos diariamente en el país, hablamos de las condiciones que sabemos existen no solamente en las escuelas, sino en general, en oficinas, en instituciones, en el sistema hospitalario. Sobre los datos fantasiosos que presenta a diario el médico López-Gatell, lo que es un hecho de corrupción total.
Los diarios en el país muestran que hemos tenido varios días seguidos con más de 900 muertos por Covid. El jueves pasado -escribo en viernes- los números oficiales son: 835 fallecidos más; contagios con picos de 20,633 y agregan: la Secretaría de Salud también dijo que se contabilizaron dos días antes, 21 mil 250 nuevos contagios de Covid-19, por lo que la cifra total asciende a tres millones 291 mil 761 casos.
También reportó que en las últimas dos semanas se han contagiado 119 mil 712 personas; sin embargo, la dependencia estima que el número puede ascender a 129 mil 251 casos.
Esos son los datos duros. Esa es la información que tenemos a la mano para poder tomar la decisión de si enviar o no a los niños a la escuela. Pero le doy otro: Durante el tiempo que las clases han sido suspendidas, un año y medio aproximadamente, los edificios de las escuelas han estado solos, sin vigilancia ni movimiento alguno, lo que ha sido aprovechado por las personas “amantes de lo ajeno”.
El presupuesto de educación, como sabemos que es siempre, no alcanza para todo lo regular, menos para lo emergente. En un reporte de la organización analista “México, ¿Cómo vamos?”, reporta que “miles de escuelas, vacías por la pandemia, han sufrido más de 7,000 robos de material escolar y saqueos de tuberías y cables, entre otros materiales”.
Entonces, ¿en qué condiciones están? Seguramente en unas muy malas. De por sí, hay escuelas que tienen el mismo mobiliario que les envió Don Porfirio cuando fue presidente, los baños que usan los niños son una verdadera porquería y los bebederos, esos que todos usan sin medidas de higiene elementales, son un asco. Para qué agregar más.
El sistema público de gobierno no está preparado para recibir a 90 millones de educandos. Tengo un colega en la India que ayer se vacunó contra el Covid. Como mucha gente tomó una foto del hecho y la subió a su página de FB. A lo que un amigo preguntó: ′′No tenías cara de miedo cuando tuviste Covid, así que por qué estás nervioso antes de la vacunación?” Él respondió: “obtuve el Covid de los ciudadanos, pero la vacuna es del gobierno!!!!”
Así como mi colega indio -que no hindú- el mentado llamado a regresar a clases.
¿Le cree usted al gobierno los informes? ¿Va usted a enviar a sus hijos a la escuela el lunes?
(*) Daniel Valles es el Comisionado Internacional Anticorrupción de la OMPP