Diputada Esther Mejía.- Un avance más en materia democrática, es la reforma en el sistema de pensiones; la cual reduce las semanas de cotización. Dicha disminución es de mil 250 a solamente mil, además se incrementa el aporte que realizan los patrones y se pone un límite en las comisiones que cobran las afores. Es el primer giro en sentido progresivo, después de por lo menos tres décadas en este rubro. Estas medidas, son un ejemplo del compromiso del Gobierno de México, por hacer una transformación.
Es importante precisas que desde 1997, se registró una precariedad en el sistema de pensiones, esto a raíz de que en muchas ocasiones los trabajadores formales fueron inscritos con un salario inferior al que realmente perciben, y eso al final afectó el monto que recibieron. Durante ese periodo hubo varias modificaciones, que nos llevaron a un retroceso. Como resultado en estos años hubo reducción del monto de las pensiones e individualización de ahorro.
Esta aprobación es un paso enorme en beneficios para los trabajadores. No se modifica el carácter privado del ahorro y aumenta el monto de las pensiones en 40 por ciento. El 82 por ciento de los mismos, tendrá garantizada la pensión a los 60 años de edad. La aportación de los patrones aumentará de 5.15 a 13.875 por ciento del salario en ocho años.
Con esta conformidad, gana México porque se logró modificar a través de una política ya establecida. Se hicieron cambios profundos para mejorar el sistema. Ésta es una gran muestra de que no se necesita destruir las leyes ya establecidas, para lograr un mejor equilibrio.
Es verdad que el sector empresarial tendrá que pagar una mayor contribución. Sin embargo, la propuesta es una muestra de que hay una responsabilidad social en el sector. Este enfoque del empresariado, con consciencia social no se contrapone con la visión conservadora de economía de mercado. En resumen, es un paso hacia un Estado de mejora indiscutible en materia de pensiones de los trabajadores.