Por Javier Sánchez.- Imagínense llegar a una pelea armado con un martillo cuando muchos de los rivales subían al ring con un marro. Ese fue el gran maestro yucateco Miguel Canto, quien nunca dejó que su falta de poder en los puños le impidiera destacar en el boxeo mundial.
Nacido en Mérida, Yucatán, Canto fue campeón mundial de peso mosca y defendió su título de las 112 libras ante los mejores retadores de su era. Lo defendió un total de 14 veces- un record en este peso- peleando mayormente en la casa de los retadores. El yucateco fue un trotamundos del box defendiendo su diadema; algo que ya no se hace en el boxeo profesional.
Canto fue un maestro en el arte del pugilismo. El mexicano de solo 1:50 metros de estatura fue un estilista, un catedrático soltando los puños. En su apogeo fue comparado con uno de los mas grandes boxeadores defensivos de todos los tiempos: Willie Pep.
El maestro yucateco fue solo uno de muy pocos boxeadores- Alexis Argüello, Bernard Hopkins- quienes perdieron su primer combate para después convertirse en campeones mundiales.
Canto fue primero campeón nacional mosca en una época en que estos títulos tenían valor y prestigio. Su primera oportunidad por un titulo mundial le llegó en 1973 a los 25 años. Su rival fue el inmortal del boxeo venezolano Betulio González. Betulio llegó a ser uno de los mejores moscas de todos los tiempos. El combate fue en Maracaibo, Venezuela y Canto perdió una disputada decisión.
Seis combates después, todos ganados, a Canto le llegó la segunda oportunidad de pelear por un cinturón universal en 1975. El yucateco no desaprovechó esta oportunidad y venció por decisión al japonés Shoji Oguma en 15 fragorosos asaltos. Comenzaba la leyenda.
Como Canto nunca le rehuyó a nadie, aceptó el reto de Betulio de nuevo y lo venció para hacer su primera defensa del fajín mosca. Sería la primera de 14 defensas. Luego vinieron victorias en defensa de su corona ante el japonés Jiro Takada, el espigado estilista dominicano Ignacio Espinal y una defensa mas ante el nipón Susumo Hanagata.
El diminuto peninsular siguió su trayectoria como trotamundos y enfrentó por tercera vez a Betulio González, a quien venció, para luego superar a Orlando Javierto, Reyes Arnal, al japonés Kimo Furesawa en Tokio para luego rematar con una victoria mas ante el chileno Martín Vargas.
Ya para entonces, Miguel Canto era reconocido por toda Latino América como el mejor mosca del mundo.
En 1978, retuvo el titulo en 3 ocasiones- dos veces ante Shoji Oguma y una tercera ante el tailandés Facomrom Vibonchai en Houston, Texas. En 1979 llegó al record de 14 defensas superando al mexicano y futuro campeón mundial Antonio Avelar.
Pero todo por servir se acaba. Que tanto podía durar mas un boxeador sin pegada con mas de 70 combates y tantos rounds boxeados, ya que casi todos sus encuentros terminaron en decisión después de 15 asaltos.
Fue el sur coreano Chan Hee Park quien le arrebató el titulo mundial en un combate en la casa del nuevo campeón en 1979. Fue el principio del fin y ya Canto jamás llegó a ser campeón. Era el final de una gran carrera. Ganó y perdió con Gabriel Bernal, otro boxeador mexicano que fue campeón mundial, para luego perder sus últimas tres batallas por nocaut.
Después de perder su último combate por nocaut ante Rodolfo Ortega se retiró en 1982 a los 34 años de edad.
Entre sus víctimas como profesional estuvieron los estupendos boxeadores mexicanos Alberto “Costeñito” Morales y Ricardo Delgado. También venció a nuestro buen amigo juarense y boxeador mosca y cronista deportivo, Armando “Corralito” Corral.
Miguel Canto terminó su carrera con un record de 61-9 con solo 15 KO’s.
Todo un esgrimista del box y uno de los mejores moscas, no solo de México, pero del mundo. (Juárez Hoy)