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Reclamo social

Un político divide a las personas en dos grupos: En primer lugar, instrumentos; en segundo, enemigos. Friedrich Nietzsche, filósofo alemán

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Anda en las redes sociales esta pregunta: ¿Qué es más vergonzoso, ponerse una camiseta de morena o una del América? Por nuestra parte creemos que es más vergonzoso, no saber amar, salvo opinión en contrario.

Escribir que el Viejo nos quita el sueño, sería falso de toda falsedad, pues una vez en nuestro Moisés, que ruede el mundo y si nos han de matar mañana, que nos… dejen pa’después, pero como ciudadanos mexicas, no necesariamente de los pueblos originarios, todo lo que políticamente acontece en nuestro país, no nos es indiferente “bilieven or not”.

Ante este profundo razonamiento, aunque queramos olvidar a… UYSQ, no podemos porque siempre hay un motivo para recordarlo (no “semos fans” de sus mañaneras, conste) y es que a nuestro leal saber y entender, para el Inquilino del palacio virreinal, ubicado en el oriente del zócalo o plaza de la Constitución (al parecer también ya le cambiaron el nombre), el oficio de la política es el que sólo él practica y es una vil politiquería todo reclamo social, venga de donde venga, que no sea afín a su causa.

Todo lo que el autócrata de Macuspana hace, es positivo; lo que hacen los adversarios, es pura y vil politiquería, es negativo y sáquenlo de allí, ni yendo a bailar a Chalma, pero a él y solamente a él, lo ama el pueblo al que ha calificado, exclusivamente para sus aviesos intereses, de “bueno y sabio”, mientras que los neoliberales corruptos, como los llama desde el púlpito mañanero, solo quieren seguir robándolo.

Por tal razón o pretexto, el Viejo sostiene, contra viento y marea, que únicamente él puede torcer la ley y pasársela por el arco del triunfo, mentirle, robarlo y traicionar, precisamente, a ese pueblo que tanto ama y de paso insultar, sin ton ni son, a todo aquel que se le atraviese en su camino u obstruya sus decisiones y caprichos.

Por eso, sus floreros del gabinete han perdido toda dignidad al aceptar la sumisión incondicional, como si fuera sinónimo de lealtad, no entienden que la lealtad es un valor de la condición humana y que cuando se convierte en servilismo, deja de tener valor, para convertirse en fidelidad canina, perruna, no perrucha, sin que con esto queramos ofender al que se dice es el mejor amigo del hombre; dígalo si no la ínclita legisladora que soltándose el pelo, expresó a grito abierto, en el recinto cameral: Soy una perra de Andrés Manuel López  Obrador, a quien se le debe todo honor y toda gloria… agregamos nosotros. Vale.