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Política y vandalismo ideológico

Dr. Arturo Castro.- La política tiene un enorme poder de atracción frente a la sociedad, algunos deciden incursionar en este arte de comer sapos sin hacer gestos, otros más desde las masas populares deciden a través del voto qué quiere y a veces qué no quiere.

Esto último lleva a la sociedad a cometer errores que duran de entre tres y seis años porque al no querer a alguien, busca que este no gane, triunfando así cualquiera de los otros candidatos, tengan perfil o no. Es la duda opcional que va del triunfo a la derrota.

La mirada de la sociedad cae sobre los políticos en todo momento, observa la capacidad y la ingenuidad que van de la mano, no tiene pausa la crítica permanente que aparece en los más variados temas de forma apasionada. No vuelve atrás quedando como aquel ciego que no teme a la oscuridad.

La política tiene compromisos que se firman durante las campañas electorales, es el éxito que hermana a los candidatos y a la sociedad, ambos con los mejores deseos de trabajar por un mejor futuro, llamado desarrollo y crecimiento, teniendo como base el poder de la economía global y personal.

La política aspira a lo más alto en cuanto a las responsabilidades adquiridas que tienen sus protagonistas, partiendo de los estilos diferentes de hablar y hacer, es aquel sueño para todos de jugar el juego que todos jugamos.

La ideología es el tratado de las ideas, en política representa aquellos principios que conducen a los partidos políticos y a sus miembros por un camino orientado a la doctrina adoptada y expuesta en un programa de acción debidamente registrado

Cuando se pierde el rumbo y los intereses superan tal doctrina ideológica, entonces se observa un vandalismo representado por acciones destructivas por los políticos sin considerar a nadie más, causando entonces desviaciones que van de la traición al cambio de partido para continuar en la lucha.

El romance político ahora es con el enemigo de antes, la ideología no importa, solo la aspiración a un poder enfermizo, oportunista y así seguir sorteando las tormentas propias del oficio de participar en una ciencia política que abre las puertas a todos sin saber a quién.

La política es un ejercicio de responsabilidad hacia la sociedad, de responder a preguntas con respuestas productivas que originan una carrera en la búsqueda del poder público en cualquiera de sus áreas y niveles.

La política es un ejercicio envidiable que ofrece las más variadas oportunidades y motivos para ejercerla con vocación y servicio.