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PLAZA MÉXICO

Barrera de Sol

Por Manolo de la Laguna.- Hermoso este paso doble que lleva el nombre de la plaza más grande y cómoda “der” mundo; de momento no escuchamos música taurina, le estamos pegando al “jazz” para cambiarle un poco al ambiente, pues la tarde esta tristona y ya casi oscureció en estas latitudes norteñas, donde las noches son largas, largas, largas y pronto, muy pronto, llegará el frío gélido de otoño e invierno, pero ni hablar, “parafrasiemos” a doña Cristina Pacheco: Aquí nos tocó vivir.

Ha “llegao” noviembre y en este país es el mes de una revolución frustrada, traicionada y corrompida por una oligárquica familia que fue echada del poder vía elecciones democráticas; eso por un “lao”, por otro, es el mes en que se iniciaba en la Plaza México, lo que en “er” mundo taurino se conocía como “La Temporada Grande” y a estas alturas del mes, ya estaban los ganaderías contratadas, los matadores y toda la parafernalia que rodeaba a este serial taurino.

Hoy  2020 A. D., las cosas en el gran embudo de Los Insurgentes, son de otra manera, hay un silencio sepulcral, aunque alrededor de la ciudad de México, se hagan festivales pueblerinos, que no remedian nada la crisis por la que atraviesan todos aquellas personas que dependen, de una u otra manera, de los dineros del toro.

Ida la pandenia, qué pasará con la fiesta brava mexicana, surgirán chavales con ganas de triunfar en el difícil “Arte de Cúchares”, o seguiremos viendo lo mismo, los hermanos Adame, Juan Pablo Sánchez y David Silveti, porque el horizonte doméstico taurino, no augura nada halagüeño, salvo opinión en contrario de los románticos de la fiesta, porque todavía por ahí, hay uno que otro.

Sin embargo, ánimo, valor y miedo, algo pasará, para bien de la bella fiesta y de la afición;  en España, las cosas no caminan mejor en cuanto a sus llamadas figuras: Ponce, “Er” Juli, “Er” Pepetom y párele de contar, el resto de los coletas hispanos, no han alcanzado todavía, la gloria de estos “señalaos”, que han “dejao” muestras de su arte en todos los cosos taurinos de Europa y América. Dicen los “enteraos” que después de la lluvia viene la calma y es cierto, pasada la pandemia, volveremos, como raza humana, a nuestros mismos vicios y virtudes, esperando que el mundo de los toros, logre volver a acomodarse en el gusto de las nuevas generaciones y se le vuelva a cantar, escribir, pintar y esculpir , como antaño, a la más bella de todas las fiestas, la fiesta brava. ¡Olé!.  Vale. (Juárez Hoy)