Rafael Espino.- El pasado 5 de agosto, en el nuevo recinto de la Secretaría de Energía en la CDMX, en un acto presidido por la secretaría de Energía, ante la presencia del secretario de Hacienda y Crédito Público y del director general de Pemex, se presentó públicamente el “Plan Estratégico para el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos 2025-2035, en la continuidad operativa del sector de servicios petroleros”.
De la presentación del citado plan son de resaltarse los siguientes temas:
1. La instrumentación del Fondo de Inversión para Pemex de Banobras, destinado a financiar proyectos de inversión hasta por 250,000 millones de pesos (mdp), con garantía colateral de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cubrirse por la banca de desarrollo hasta en un 50% y por la banca comercial e internacional, destinado a atender los pagos futuros a proveedores y contratistas;
2. La intención de reducir el adeudo comercial con proveedores y contratistas a un máximo de dos meses al cierre de esta administración, sin facturas vencidas fuera de ese plazo;
3. La eliminación de cuellos de botella operativos y financieros, con calendarios de ejecución transparentes.
No obstante, el mensaje careció de un pronunciamiento específico para dar respuesta a la crítica situación que la empresa pública enfrenta en relación con los adeudos pendientes con los proveedores, específicamente del 2024. Según cifras oficiales del propio Pemex, al segundo semestre de este año, el pasivo de corto plazo se incrementó en 19 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre del 2018 y ya representa el 29% del pasivo total, superando los 20,000 millones de dólares. Así, al 7 de agosto pasado, la deuda comercial total de Pemex superaba los 431 mil mdp, equivalentes a más de la quinta parte de su deuda financiera total.
Solamente en el universo de nuestra Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros A.C. (AMESPAC), que agremiamos a los principales contratistas con capacidades críticas para la perforación, terminación, mantenimiento y producción de hidrocarburos, el saldo consolidado al 7 de agosto pasado sumaba 94 mil mdp, lo que nos mantiene en una situación muy comprometida.
Por lo que hace a la actividad operativa, reiteramos nuestra convicción de que deben plantearse soluciones de fondo que resuelvan los problemas estructurales que han llevado al persistente deterioro financiero de la empresa. Entre los principales, destacamos los siguientes:
– El acelerado agotamiento de los campos maduros y la baja productividad de las inversiones en nuevos campos;
– La falta de definición para el aprovechamiento de yacimientos no convencionales, como alternativa de corto plazo para reducir la dependencia de las importaciones de gas natural y de materias primas. Resulta necesario en este tema, romper barreras ideológicas y promover una explotación de nuestros hidrocarburos sostenible, basada en los avances científicos y tecnológicos ya en práctica mundial;
– La improductividad del sector industrial por nuevas inversiones de escasa rentabilidad, baja calidad del crudo procesado, alta proporción productiva de combustibles no rentables, como el combustóleo y prácticas operativas muy deficientes.
Es imperativa la atención urgente a toda esta problemática por parte de Pemex y que en AMESPAC, como empresas de servicios expertas, podamos contribuir a revertir estas tendencias, a través de formas de contratación que den certidumbre. De ello dependerá el adoptar decisiones operativas y financieras acertadas, que permitan asegurar, más allá del incondicional respaldo a Pemex del gobierno federal, su viabilidad económica en el mediano plazo.