Individualmente, somos una gota. Juntos somos el mar. Yunosuke Satoro, escritor japonés
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Nuestra dotación anual de tunas de castilla está llegando a su fin al igual que el calor, pues el 21 de septiembre entra el otoño y poco a poquianchis irá también llegando el frio, así que señoras amas de casa, vayan lavando semanalmente la ropa gruesa para que esté lista a las primeras de cambio.
Antes de tocar a las féminas que pretenden gobernarnos próximamente, vayamos primero a un concepto que leímos por ahí y que le viene como anillo al dedo a… Ustedes YSQ: “Cuando un gobernante con ribetes de dictadorzuelo no respeta la división de poderes como el varón de Macuspana, por lo general, le da por expropiar todo lo que se le antoja y no transparenta en qué y cómo, se gastan los impuestos”.
Con estas actitudes negativas, el gobierno deja de ser democrático, se convierte en dictadura y entonces, quien gobierna, se abroga el poder total y decide qué hacer y qué no hacer, sin tomar en cuenta a los ciudadanos de su país. Ya tuvimos una dictadura perfecta y ahora, quizá, lleguemos a tener una dictadura imperfecta si morena o la 4T continúan en Palacio Nacional o se cambian a Los Pinos.
Por otro lado, la política mexicana actual, en este mes de la patria, de la independencia, huele a perfume de mujer (por Xóchitl y Claudia), sin que el concepto tenga nada que ver con la película del mismo nombre y si la señora X llegara al poder, podría regresar el diálogo político que Morena y el Viejo han rehuido en este sexenio; de igual manera se podrían volver a impulsar los valores sociales, se realizarían consensos, se acabaría el odio palaciego y se podría llegar a construir un país digno, respetuoso, que pertenezca a toda la indiada, incluidos los pueblos originarios.
¿El Sueño de una Noche de Verano? Esperemos que no.
Remate patriótico, sin ser patrioteros: México, creo en ti… porque eres el alto de mi marcha y el punto de partida de mi impulso. “¡Mi Credo, Patria, tiene que ser tuyo, como la voz que salva y como el ancla!”… Así lo escribió el vate Ricardo López Méndez. Vale.
