Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- En los días de Año Nuevo un joven pasajero abordó al presidente. Lo que le dijo, lo escribí el día 3 de enero de este año. Lo mismo que escribí aquel día se lo comparto hoy, para que usted revise y constate si algo cambió.
Sr. Presidente: Feliz año. Por favor, le pido un par de minutos de su atención. Le aclaro que no soy ni fifí, ni chairo, ni liberal, ni conservador. Soy un ciudadano mexicano que trabaja diario por mejorar este país.
Le pido dejar de dividir y polarizar al país. Todos nos debemos unir por un bien común. La corrupción en su gobierno está peor que nunca. Su gabinete, si acaso existe, es de una incompetencia inigualable. Usted se ha dedicado sistemáticamente a destruir o, en su mejor caso, a debilitar las instituciones que tanto nos costaron trabajo construir.
No toque al INE. Es de lo poco bueno que nos queda. Usted destruyó el sistema de salud en México, las medicinas y los muertos por Covid recaen principalmente en la incapacidad de entender los problemas de salud. La ineptitud y falta de ética de López-Gatell no tiene perdón.
Usted, en buena medida, le ha entregado el país al crimen organizado. Su proyecto de Dos Bocas simplemente no hace sentido. El Tren Maya es un ecocidio inútil. Hoy, en vez de tener un gran aeropuerto en la Ciudad de México, usted nos dejó con tres muy malos. Feliz año para usted y toda su familia y gracias por concederme hablar con usted.
La persona que le dijo esto al presidente se llama Pablo y es familiar de personas muy cercanas a quien esto replica en esta columna.
AMLO, le respondió: Mira, qué bueno que me planteas esto con respeto, yo te diría que no tiene caso perder tiempo en explicaciones. Tú no vas a cambiar de opinión y yo tampoco. Mejor sigue tu camino y vámonos respetando; así como me lo dijistes (sic), lo escuché y te respeto y qué bueno que tú lo hiciste con respeto.
Al llegar el vuelo, los pasajeros, como si se hubieran enterado, dijo Andrés Manuel, me brindaron un aplauso, pero bueno, es que venía yo de mi estado. Mucha gente aplaude en los aterrizajes, no sé si a usted le ha tocado. Tal vez fue así o tal vez sí le brindaron el aplauso a él. Su opinión siempre es la mejor, ya lo sabe. Hoy solo le cuento lo qué pasó en ese vuelo.
Hay gente valiente como este joven, que se atreven a enfrentar al presidente en un vuelo. Bravo por Pablo, a quien pediré permiso de dar a conocer su nombre completo y sus actividades. Eso es lo que tenemos que hacer todos.