El patriotismo es el último reducto de los canallas. Samuel Johnson. escritor inglés
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Los dos ancianos están sentaos en el “love seat” viendo la tele y de pronto… Purificación, ¿te acuerdas cuántos años dura un burro?. Puri, cansada de la vida que le ha dao er viejo, replica: ¿A qué viene la pregunta? ¿Te siente mal? Si esto no es violencia familiar, “tonces’ ques”.
Después de este lead, iniciamos esta entrega escribiendo que la curiosidad mata al gato, al hombre, según los díceres populares y como todo buen indio mexica (al fin Cuauhtémoc), nos sentamos frente al televisor para presenciar el mal llamado debate presidencial, que de inmediato nos aburrió.
Claudia, hierática como siempre; Jorge con una sonrisa hipócrita a más no poder y la señora X de Xóchitl, nerviosa; el orden es como estaban sentados.
Muchos mexicanos, estamos seguros, se aburrieron con los dimes y diretes de los 3 suspirantes 3 a la silla grande, en el insulso programa político difundido a nivel nacional y nos faltan dos que, seguros estamos, irán por el mismo tenor, salvo sorpresa en contrario.
¡Qué debate ni qué ocho cuartos! Lo bueno que ya falta menos para las elecciones presidenciales y demás y por el momento, no se pude saber qué queremos los mexicanos, todos: o seguir por la dura senda por donde nos ha llevado la 4T o de plano, sacarlos de Palacio Nacional.
Urge el regreso de las instituciones que el Viejo mandó al diablo; el regreso de la ley que molestó sobre manera al amo: “a mí no me vengan con que la ley es la ley, porque mi calidad moral y honestidad, están por encima de la misma”; que los militares regresen a sus cuarteles, de donde nunca debieron haber salido, etc., etc., etc.
Todo lo anterior se debe hacer dentro de la libertad, dentro de la democracia, pues también urge acabar con la delincuencia organizada que tiene de rodillas al país y a todas las instituciones, gracias al mandato presidencial de “abrazos no balazos”, pero, sobre todo, es prioridad nacional acabar con la corrupción y principalmente con la IMPUNIDAD.
Hay un sinfín de daños institucionales que hay que reparar: la salud, la educación el abandono del campo, entre otros muchos y por eso los mexicanos, todos, debemos salir a votar el próximo 2 de junio, si es que antes, el Viejo, henchido de patriotismo, no nos manda al frente de batalla hasta el Ecuador. Vale.