Inicio Frontera No es amor es chivas: Una herencia con valor sentimental (II)

No es amor es chivas: Una herencia con valor sentimental (II)

“Yo quiero este sea un lugar que todos lo reconozcan, no importa si son de Juárez o de otro lado, yo quiero que este sea un punto de reunión para todos los Chivas. Eso es lo que quiero”.

Héctor Hugo Viveros (Especial para Juárez Hoy).- Presentamos hoy la segunda parte de la entrevista con la propietaria del Santuario, un negocio ubicado en la esquina de las calles Lucero y Roberto Montenegro, en el fraccionamiento Parajes del Sol, el cual está repleto de detalles de las Chivas de Guadalajara. Después de la muerte de su esposo, Ari decidió convertir el negocio en un espacio dedicado al famoso club de futbol del que él era fanático.

¿En qué momento empezó a ser reconocido el sitio?
Yo no me di cuenta hasta que un cliente viene, le toma foto al lugar y la publica en un grupo de Facebook donde hay puros chivistas y le pone “El restaurante perfecto sí existe”, por lo que empezaron a comentar y preguntar que de dónde era ese lugar. Había especulaciones de todo, que era de Guadalajara, Monterrey, Guanajuato, hasta que el muchacho que compartió la foto dijo que estaba en Ciudad Juárez. Después de esto me habla Chivas y me dio miedo porque yo pensé que me iban demandar por usar la imagen del equipo.

¿O sea que le habló la marca Chivas?
Así es. Me hablaron del departamento de publicidad de Chivas y quien me habló fue Giancardi, dirigente de Chivas TV y me comentó que quería hacer un reportaje del lugar cuando el equipo viniera a visitar al club local. Una de mis preguntas fue que si no había problemas por utilizar la imagen de ellos y me dijo que no. Entonces vinieron y me dijeron que están encantados con el negocio porque no hay otro igual o mejor en el país.
En el país he visitado restaurantes similares, pero no hay ni uno como el mío, no tienen decoraciones. Cuando vinieron las Chivas a Ciudad Juárez, Giancardi me dijo lo mismo, que no hay otro lugar igual a este, que es el santuario más grande que tiene Chivas.

Entonces fue gracias a esta persona que le apodan el Santuario al lugar.
Sí. Un Buen Tino fue el nombre que le puso mi esposo y el apodo gracias a Giancardi. Ahora todo el mundo que es Chivas lo reconoce por ambos nombres, porque hay mucha gente que viene de otros lados del país y reconocen el sitio. Eso me causa mucha felicidad.

¿Qué sigue después de todo lo que ha hecho?
Si te digo que de momento soy feliz con lo que he conseguido, te mentiría porque claramente quiero hacer más cosas. Por ejemplo, quiero hacer que el negocio se vuelva un punto de visita en la ciudad. Varias personas que vienen de fuera me dicen que en las redes sociales se encuentran con publicaciones que dicen “El Santuario, el lugar de Chivas que tienes que visitar en Juárez”, por lo que tengo que hacer que realmente se vuelva un punto de visita, de encuentro para todo aquel, sea o no sea fan de las chivas, amante del futbol y de la barbacoa, vengan a visitarnos.

Visualmente el lugar atrae, es un sitio que no tiene nada que ver con la ciudad ni con el equipo local, pero que aun así es querido. ¿Qué más hay por hacer?
Esto es algo que no le dicho nadie, pero te lo voy a comentar a ti. He estado trabajando de la mano con un arquitecto y el plan es rediseñar todo el lugar, lo voy a remodelar por completo. Una de las cosas que voy a hacer es construir un segundo piso que por fuera tendrá la forma del estadio de las Chivas porque enamoro de ese estadio cada vez que los visito.
En general todo va a cambiar. Por dentro quiero poner el área de espera como si fueran los vestidores, el comedor como si fueran palcos. Aún queda mucho tiempo para terminar este proyecto. Tengo imágenes y el diseño arquitectónico en AutoCAD y se lo mostré a Giancardi, y me dijo que cuando estuviera listo, el equipo iba a inaugurarlo; es decir, jugadores, cuerpo técnico y administrativos.

Con todo lo que ha hecho, ¿se siente realizada?
No, para nada. Cuando esté listo lo que te comenté, será cuando de verdad sienta que ya no hay nada más por hacer y me sentiré satisfecha; mientras, no. Si yo muero, quiero que se acabe, no quiero que nadie siga con esto que he hecho porque no creo que haya alguien que lo haga con tanta pasión, no se lo dejaría ni a un familiar ni a un conocido, ni siquiera a mis hijas. Quizás busque a alguien con la misma pasión que yo y que sepa que hará un buen trabajo.

Es algo que su esposo dejó como una herencia con valor sentimental, pero usted ahora le agrega un valor económico más grande…
¡Claro! Y justamente es por eso que no quiero dejarlo en manos de un conocido, porque todo el mundo lo ve por la parte económica. Todos me dicen que por qué no hago franquicias y yo les digo que no, no es lo que busco. No busco el dinero y claro que es lo que deja, pero esto lo hago por amor, porque amo el lugar, la convivencia, los clientes, el equipo en sí.
Este lugar es más que un negocio, aquí yo paso alegrías, corajes, humillaciones, victorias y derrotas porque no solamente es vender la comida, sino que también es estar al tanto del equipo y como muchos saben, a veces las Chivas tienen unas rachas muy malas.

Si su esposo estuviera vivo, ¿qué sentiría al ver todo esto?
Él nunca se lo imaginó. Como te comenté, el negocio solo era un tejaban y una ventana. Mi esposo siempre tuvo miedo de cerrarlo porque pensaba que era peligroso y estábamos expuestos a que nos asaltaran. A mí eso no me gustaba porque en épocas de invierno era horrible estar así y siempre le decía que construyera, que cerrara el negocio por el frío y porque era más cómodo.
Algo curioso es que cuando yo construí y cerré con paredes, me asaltaron. Y pensé: “méndigo, tú me mandaste esto, lo dijiste y se cumplió”. Yo no quería que esto fuera como un puesto de tacos común, yo quería algo más grande y se logró, pero no le tocó verlo y ni siquiera se lo imaginó porque tenía ese miedo de crecer y hacer las cosas grandes.

¿Qué le diría a él si lo tuviera enfrente ahora mismo?
“Te lo dije”. Eso le diría, porque yo tenía la razón y porque sé que se podía lograr.

Su esposo murió en el 2017 y ese mismo año Chivas obtuvo su último título de liga. A su esposo no le tocó verlos campeón…
No. Fíjate, algo bien curioso es que cuando él falleció, Chivas al siguiente partido, jugó con un moñito negro en la playera y hasta la fecha me da mucho sentimiento porque esa vez yo no paraba de llorar, ya que creía que lo hacían por mi esposo. Nunca me había fijado en esos detalles. Después supe que fue porque un familiar de un jugador murió, pero esa vez yo lo sentí muy personal.