No hay nada que se deteste más, que el hedor de la mentira. Martín Sheen, actor estadounidense
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- En las mañaneras de en la mañana de López, desde el 2018 hasta el momento de que se estén leyendo estas líneas opinativas, cuánta saliva ha gastado el hombre de Macuspana, al grado de que algunos columnistas, al gobierno cuatrotero ya le llaman un gobierno de saliva, de mucha saliva, su narrativa mentirosa lo es todo: Una refinería que no refina nada y que le costó a los contribuyentes mucho, mucho dinero, porque fue la obra insigne del obradorato que enriqueció a muchos funcionarios y políticos de la 4T, sin olvidar a los peques presidenciales.
Otra mentira es el Tren Maya en el que nadie se sube, sin olvidar el aeropuerto que ni el mismo presidente usa… Y así podríamos seguir hasta el infinito (ya perdimos la cuenta de las mentiras mañaneras), pero eso sí, el Viejo sigue sosteniendo que “Gelipe” fue narco junto con García Luna y el Quique resulto el más ladrón, lo que nos hizo recordar que ya son 500 años 500 años de saqueo histórico por sus gobernantes y otras lacras y este enorme México, este enorme país inmensamente rico, sigue ahí, de pie, mientras sus propios hijos, convertidos algunos en gobernantes, lo siguen empobreciendo con el falso argumento de que los servicios prestados a la patria son muy caros y los deben cobrar al estilo chino y por eso se enriquecen conjuntamente con sus respetables familias, amparados y protegidos por el manto sacrosanto de la impunidad.
En suma, la refinería que no refina nada resultó ser un diamante de alto valor en este sexenio de regeneración nacional, que la nueva minoría rapaz ha sabido aprovechar a las mil maravillas, donde sobresale, según analistas avezados en el tema, una zacatecana avecindada en Veracruz, quien llegó a la gubernatura de ese estado gracias al mucho dinero que en tiempo y forma repartió a manos llenas como funcionaria de la 4T.
También nos acordamos de que el hombre de Palacio Nacional, cuando llegó a la presidencia, dijo que iba a combatir la corrupción, el tráfico de influencias, pero nada se investigó (Segalmex), todo quedó en lo oscurito, en la opacidad, nada se transparentó (ni lo de Ana Gabriela), porque según tesis presidencial, todas las corruptelas sexenales son asunto de seguridad nacional y por eso nadie, pero absolutamente nadie de la 4T, sufrió sanción alguna.
Remate sano: ¿Mamá, los testigos de Jehová, cuando se mueren, también van al cielo?
Yes “mi’jito”. ¿Y cuando le tocan la puerta a San Pedro, les abre o también se esconde como nosotros? Vale.
