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Movimiento progresista

Óscar Luis Kuri Armendáriz.- Cuando surgen los vientos de cambio, surge el ánimo de reconstruir una sociedad, tanto en lo económico, como en lo político, a una escala que mueva conciencias y que de forma colectiva la suma de voluntades personal, familiar y en la comunidad se vea reflejada; cuando esto ocurre, debemos detenernos y observar quién lo está logrando y debemos aprender sus buenas prácticas.

En un ambiente donde los ciudadanos pueden sentirse satisfechos en el acceso a la salud, vivienda, canasta básica, educación, trabajo calificado, o bien, ser propietarios de su propia empresa, es donde te das cuenta de que la política de un país va por buen camino, en aras de lograr el bien común.

Para que se den estas condiciones, el Estado debe crear una estructura con gran capacidad intelectual, con una autocrítica que permita una transparencia en el manejo de los recursos públicos, sistemas de justicia para que la corrupción y robo de dichos recursos sean castigados y los recursos recuperados. En otras palabras, debemos crear o bien fomentar los valores para formar hombres y mujeres de buena voluntad. 

El humanismo en el movimiento progresista encuentra un espacio de certidumbre, creando un ambiente de orden, de limpieza y de propósitos de superación y es así que en medida que estos aumenten prosperará este país.

Decálogo de un progresista

1. Resaltar las virtudes morales y de trabajo en cada individuo.

2. Establecer una comunicación eficiente, empezando por la familia, trabajo y gobierno.

3. Reconocer al maestro, al servidor público, etc. (desde los cargos mas simples y sencillos como la operación básica hasta el cargo más compuesto o ejecutivo).

4. El trabajo en equipo debe provocar una sinergia que sea de gran valor y estima de quien recibe el producto o el servicio.

5. Tropicalizar las mejores prácticas, es decir, buscar soluciones sencillas, prácticas y con sentido común, para evitar recetas de escritorio y sin conocer usos y costumbres de cada región.

6. Solidaridad con los migrantes y refugiados.

7. Una clara política ambiental contra un inminente desequilibrio climático.

8. Crear una infraestructura para el desarrollo económico del país (carreteras, aeropuertos y puertos eficientes.

9. Promoción del turismo con respeto a los entornos naturales.

10. Sabedores de una rica herencia de los grandes habitantes que poblaron estas tierras, seamos el pueblo que su luz ilumine al mundo.

Somos México.